A mediados de 2014, los primeros datos de Wine Monitor sobre las importaciones mundiales de vino muestran una desaceleración en comparación con el mismo período del año anterior. El análisis realizado sobre los 20 principales mercados de importación de vino -cuyas compras representan en torno al 85% del total mundial- pone de manifiesto un cambio de ritmo respecto a la dinámica de crecimiento que ha caracterizado los últimos años. Aunque es demasiado pronto para hacer consideraciones para todo el año, las estimaciones para el primer semestre de 2014 muestran una caída en los valores globales de los vinos importados del 3,9% (medidos en euros) frente a una estabilidad en los volúmenes (-0,1 ,2013%). Sin embargo, cabe recordar que en 8,5 las cantidades de vino comercializadas a nivel mundial fueron las más bajas de los últimos tres años y que las tasas de crecimiento en el primer semestre de cada año en este periodo pasaron del +2011% de 0,4 al +2013% de XNUMX. En definitiva, una especie de ralentización que parece casi fisiológica tras el auge de las importaciones de los últimos años.
"Mirando los tipos individuales", explica Denis Pantini, Director del Área Agroalimentaria de Nomisma y Líder de proyecto de Wine Monitor "las caídas más significativas en este primer semestre se refieren a los vinos a granel y los vinos tranquilos embotellados, mientras que para los vinos espumosos y vinos de aguja el crecimiento no parece detenido".
Obviamente esto no es una tendencia generalizada. Las principales caídas corresponden a China (-15% en valores de importación en euros), Canadá (-12%), Suiza (-9%) y Alemania (-8%). En cuanto a Estados Unidos, la variación es pequeña, mientras que Japón, Noruega y Brasil, por otro lado, también muestran crecimientos de dos dígitos.
Si bien esta diversidad de direcciones que parece afectar a los mercados individuales no permite hacer una interpretación unívoca del fenómeno, es evidente que después de varios años de crecimiento de las importaciones, los mismos mercados parecen hoy tomar un respiro. Un "reflejo" que también afecta parcialmente a los vinos italianos.
“En particular”, continúa Pantini, “Italia sufre una reducción en las exportaciones a Alemania (-10% en valor) y Canadá (-12%), aferrándose sustancialmente a los Estados Unidos pero creciendo en el Reino Unido (+9%), Japón (+12%) y sobre todo en Escandinavia, con un crecimiento del 15% en Noruega, principalmente por el excelente comportamiento de los vinos espumosos y bag in box”.
Mantener las posiciones de los vinos italianos en los principales mercados mundiales es esencial para la sostenibilidad de toda la cadena de suministro de vinos nacionales, especialmente a la luz de las continuas caídas registradas en el consumo de vino en el mercado interno.
Una intuición hecha por Monitor de vino sobre los estados financieros de las bodegas italianas en los últimos cinco años ha puesto de manifiesto cómo la rentabilidad del sector (medida en términos de ROI) está fuertemente correlacionada con las exportaciones. Durante el quinquenio considerado, el ROI de las empresas disminuyó significativamente en 2009, año en que se inició la crisis y disminuyó la exportación de vino italiano, mientras que mostró una dinámica de crecimiento en los años siguientes, en un contexto de desarrollo exportador en el ante una caída del consumo a nivel nacional. Como una prueba más de este vínculo, considérese que este índice asume valores más altos a medida que aumenta el tamaño de las empresas (en términos de ventas) y se vuelve negativo en empresas con una facturación inferior a 2 millones de euros, para los cuales los mercados países extranjeros son generalmente más difíciles de alcanzar.