Unos lo llaman un cambio radical, otros un cambio de sentido y otros, los más críticos, hablan de rendición y de "una incompetencia que daña al Reino Unido". Sin embargo, la cuestión siempre es la misma: diez días después del anuncio que hizo caer en picada a los mercados, el primer ministro británico Liz braguero decidió renunciar a la ahora famosa reducción de impuestos para los sectores más ricos de la población, el punto más controvertido de una reforma fiscal de 45 millones de libras esterlinas, toda financiada con deuda, que implicó recortar 5 puntos, den 45 a 40 por ciento, de la tasa impositiva a la que están sujetos los ciudadanos con ingresos superiores a 150 mil libras. Lo contrario ocurrió, entre otras cosas, menos de 24 horas después de una entrevista con BBC, en el que la Premier confirmaba, coma por coma, su plan fiscal destinado (en su opinión, y mucho menos según economistas y políticos) a hacer crecer la economía británica, admitiendo únicamente que debería haber "preparado mejor el terreno".
Las razones del cambio de opinión: por qué Liz Truss canceló la rebaja de impuestos a los ciudadanos más ricos
Convencer a Truss de retractarse de su decisión no ayudó al colapso histórico de la librani el aumento récord de los bonos del gobierno o la crisis de los fondos de pensiones. Ni siquiera las críticas sin precedentes recibidas del Fondo Monetario Internacional, o el hecho de que el Banco de Inglaterra se vio obligado a intervenir directamente en el tema, comprando 65 mil millones de bonos, había llevado al Premier a dar marcha atrás.
En cambio, el factor decisivo fue la Conferencia anual del Partido Conservador actualmente en curso en Birmingham. Tras conversaciones con compañeros de partido, Truss y el Ministro de Hacienda Kwasi Kwarteng entendieron que ya no podían seguir, convenciéndose de la necesidad de retirar la medida para evitar lo que hubiera sido una verdadera masacre politica que podría haber resultado en una humillante derrota en el Parlamento o, peor aún, en una una desconfianza en un tiempo récord.
Durante la conferencia, ha quedado claro cuántos miembros del Partido Conservador no hubieran estado dispuestos a apoyar la medida en la Cámara de los Comunes. Entre ellos, también importantes exponentes del partido como el ex ministro Michael Gove quien, hablando en la BBC, dejó entrever que no habría votado en la Cámara por la confianza en una medida que beneficia a los ricos en un momento en que los "ciudadanos de a pie" lo están pasando mal para llegar a fin de mes por la inflación y la crisis energética. De la misma opinión son también el exministro de Transporte, Grant Shapps, y la exministra de Cultura, Nadine Dorris, quienes reiteraron su oposición a una decisión muy impopular, más en un período en el que las encuestas asignan El laborismo tiene una ventaja de nada menos que 33 puntos. No solo eso, ayer por la noche comenzaron a circular rumores sobre una convergencia entre conservadores y laboristas destinados a enterrar el plan en el Parlamento. Habiendo llegado al punto de no retorno, Truss y Kwarteng finalmente han decidido darse por vencidos.
Anuncio de Kwarteng
Esta mañana, el Canciller de Hacienda, el equivalente a nuestro Ministro del Tesoro, anunció en Twitter: “no seguiremos adelante con nuestro plan para eliminar la tasa impositiva del 45%. Ahora se ha convertido en una distracción para nuestra misión de superar los desafíos que enfrentamos. Entendimos la lección, lo escuchamos”, escribió Kwarteng, descartando su posible renuncia.
Unos minutos después, reiterando las palabras de su ministro, Truss confirmó la cancelación de la medida, afirmando que, "Nuestro enfoque ahora es construir una economía de alto crecimiento que financie servicios públicos de clase mundial, aumente los salarios y cree oportunidades en todo el país".
En cambio, se confirmaron las demás medidas contenidas en el paquete fiscal, incluida la rebaja de un punto (del 20 al 19%) del tipo básico y la renuncia a subir el impuesto de sociedades.
La reacción de los mercados: la evolución de la libra
Como ocurrió el día de la presentación de la reforma fiscal, también en este caso la reacción de los mercados no se hizo esperar. esta mañana el esterlina se encuentra en máximos de 10 días frente al dólar, en torno a los 1,12, mientras cotiza a 0,876 euros (0,8791). También afloja la tensión en los enlaces: el rendimiento de los bonos británicos a diez años cae 8 puntos hasta el 3,99 % y el de los bonos a treinta años más de 4 puntos hasta el 3,76 %.
“Desde el punto de vista de los mercados es un paso positivo en la dirección correcta. Probablemente llevará algún tiempo digerir el mensaje, pero la medida debería ayudar. aliviar la presión, tal vez menos en la moneda, por el momento”, dijo a Reuters Jan Von Gerich, analista jefe de Nordea.