El comercio mundial continúa registrando una tendencia débil. En el tercer trimestre de 2016, el volumen de bienes exportados a nivel mundial cayó 0,5% a/a y 1,8% en comparación con el período abril-junio; no se ha registrado un cambio de tendencia negativa en los volúmenes desde finales de 2009. El mal desempeño de las ventas chinas pesó mucho en la desaceleración general de los primeros nueve meses de 2016, que registraron una caída tanto en términos de volúmenes como en términos de valores. Expresado en dólares corrientes.
La desaceleración del comercio se produce en un período de recuperación del proteccionismo. Según la Comisión Europea, entre octubre de 2008 y finales de 2015, los socios comerciales de la UE introdujeron 1.059 nuevas medidas proteccionistas. Los estudios realizados por otras instituciones y que se refieren a una definición más amplia de una medida de restricción comercial cuentan más del triple.
El resurgimiento del proteccionismo fue de la mano de la desaceleración y luego del fin de los acuerdos comerciales multilaterales. En los últimos años, el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) es una de las hipótesis de acuerdo comercial más controvertidas, un proyecto en el que habrían participado 12 países del Pacífico (el más importante, además de EE.UU., era Japón) que en conjunto representan dos quintas partes de la economía mundial. Después de que Estados Unidos se retire, la probabilidad de que el acuerdo se concluya de todos modos es baja.
Muchos de los miembros potenciales habían hecho concesiones sustanciales para llegar al acuerdo con la esperanza de obtener acceso al enorme mercado estadounidense a cambio, que ahora está fuera de discusión. Por el momento, además, no parecen viables las vías que contemplan acuerdos que involucren a los dos principales países del mundo por tamaño y participación en el comercio mundial: China y Estados Unidos. Durante los últimos 15 años, la relación entre los dos países en términos de exportaciones e importaciones se ha mantenido sólida y ligeramente sesgada a favor de China. Según estadísticas proporcionadas por la Unctad, Estados Unidos absorbe alrededor del 18% de las exportaciones chinas, mientras que el 7,7% de las ventas al exterior de productos estadounidenses llegan a China.
Esta relación se puede resumir en una balanza comercial de EE. UU. con China que se ha mantenido constantemente negativa durante los últimos diez años. Sin embargo, un análisis que tenga en cuenta el valor añadido efectivo exportado desde China a Estados Unidos (y no el valor total de los bienes y servicios que cruzan la frontera china para llegar a Estados Unidos) muestra que el déficit estadounidense está en parte sobreestimado. y ofrece interesantes elementos de reflexión.