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El gasto en sanidad privada es alto, especialmente donde funciona la sanidad pública

El gasto de los hogares en salud no compensa la calidad de los sistemas públicos, como se desprende de los primeros resultados del Observatorio sobre consumo privado en salud de SDA Bocconi.

El gasto en sanidad privada es alto, especialmente donde funciona la sanidad pública

La idea de que el gasto sanitario privado compensa la mala calidad de la sanidad pública es infundada. De hecho, el gasto privado de las familias italianas en salud está más relacionado con sus ingresos que con el bajo nivel de calidad de los sistemas públicos regionales de salud. Eso es lo que surge de los primeros resultados del Observatorio sobre consumo privado en salud de SDA Bocconi (OCPS), presentados hoy en Bocconi.

El gasto sanitario privado de las familias, el llamado gasto de bolsillo, ascendió a casi 2011 28 millones de euros en 20, el 140 % del gasto sanitario total en Italia (4 707 millones de euros) y en ese año representó el 2011 % del gasto total de los hogares. gasto. Al analizar los diferenciales regionales en el gasto privado per cápita, el análisis realizado por el Observatorio destacó cómo el monto del gasto privado en salud se correlaciona positivamente más con el ingreso per cápita que con la baja calidad de los sistemas públicos de salud. El ranking de gasto privado per cápita muestra como Trentino Alto Adige se sitúa en las primeras posiciones, con 666 euros per cápita en 588, Veneto con 564 euros, Friuli con 350 y Emilia-Romaña con 325. En la parte inferior del ranking se encuentra Cerdeña, con 289 euros per cápita de gasto privado, Basilicata (239), Sicilia (XNUMX) y Campania (XNUMX).

“La idea de que los diferenciales regionales en el gasto privado son esencialmente el resultado de diferenciales en el funcionamiento de los sistemas públicos encuentra poca evidencia”, explica Mario Del Vecchio, director del Observatorio. “Los datos muestran cómo las regiones del sur, que difícilmente podrían considerarse las mejores en el contexto nacional, son también aquellas en las que menos se gasta en sanidad privada”.

El análisis de los OCP se centró entonces en el estudio del comportamiento de las familias italianas con respecto al consumo privado de salud, lo que permitió identificar cuatro grupos diferentes. El primero es el de las familias que gastan poco, con una media de 68,8 euros al mes por familia y 15,5 euros per cápita. Representan el 79% de la muestra, pero sólo el 27% del gasto sanitario privado. El segundo grupo es el de los que gastan mucho solo en gastos dentales: unos 535 euros al mes por familia de media, 171 per cápita. Son el 4% de la muestra y valen el 17% del gasto. El tercero representa a las familias que gastan en enfermedad, el 15% de la muestra y el 36% del gasto total, con 257 euros gastados por familia y 96 per cápita. Finalmente, el cluster de los que más gastan, es decir, las familias en busca de bienestar, que son el 2% pero representan el 20% del gasto. Su gasto asciende a una media de 1.071 euros mensuales por familia, 396 per cápita.

Tu región afecta quién gasta en el dentista y quién gasta en bienestar. De hecho, casi el 50% de las familias pertenecientes al clúster que gasta en dentista residen en solo 4 regiones (Piamonte, Véneto, Lombardía, Trentino), mientras que el 30% de las familias del clúster wellness research vive en Lombardía, Véneto y Piamonte.

Pero cuidado, si es cierto que a nivel macro el gasto privado parece estar correlacionado con los ingresos, en el detalle de las familias quienes gastan mucho en el dentista o en su propio bienestar no son necesariamente ricos: el 40% de el clúster 2 está formado por parejas con 1 o 2 hijos, mientras que el 36% del clúster 4 está representado por personas mayores de 65 años y el 34% por familias con hijos.

“En general, se piensa que los gastos privados relacionados con el bienestar son solo lujos”, agrega Del Vecchio. “Este clúster, en cambio, incluye a muchas personas con patologías importantes que gastan, junto con el gasto público, en mejorar su calidad de vida”.

Otro aspecto que la encuesta arroja luz es cuán diversificados están los parámetros para elegir las estructuras en función del tipo de servicios. Los tiempos de espera, por ejemplo, se consideran importantes para las visitas dermatológicas o pediátricas, pero no para las visitas presenciales. La proximidad, entonces, es relevante para análisis de laboratorio o fisioterapia, pero no para diagnóstico por imagen. La conveniencia del precio, por el contrario, sólo importa para algunas categorías de servicios, como la parafarmacia, la óptica o los servicios socio-sanitarios, mientras que en general aparece más significativa (tanto como media como como número de servicios para los que se considere relevante) transparencia en el precio.

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