Como en un larguísimo y agotador serpientes y escaleras, mientras parecía a la vista la conclusión del asunto relacionado con la suerte del estadio de San Siro de Milán, aquí volvemos a empezar desde el principio. Milán e Inter gobernaron, repitiendo su conocido estribillo: el estadio de Meazza no se puede renovar a San Siro, cuesta demasiado. No sólo eso. Pero relanzan su proyecto de 2019: construir un nuevo estadio a unos cientos de metros de Meazza y justo encima de unazona verde de más de 5 hectáreas. Han pasado 5 años desde aquella primera idea, con pasos hacia adelante, hacia atrás y hacia los lados, durante los cuales incluso el alcalde de Milán beppe sala, tras muchas dudas, pareció haber comprendido lo absurdo de construir un nuevo estadio, cuando ya existe uno en funcionamiento, y además en una zona que la ciudad de Milán preferiría utilizar como parque, antes que verla devorada. por concreto.
Sala y los dirigentes del Inter y Milán, con los representantes legales y delegados de los respectivos fondos propietarios, después de meses de idas y venidas y de suspense se reunieron: estaban presentes los dos directores generales, Giorgio Furlani y Alessandro Antonelli, y los gerentes de Oaktree, Katherine Ralph y Carlo Ligori. Fue el propio alcalde quien explicó la nueva o, mejor dicho, la antigua estructura: "Después de largos análisis, los equipos llegaron a la conclusión de que San Siro no se puede renovar, o al menos no a un coste asequible". La contrapropuesta, por tanto, es "volver a la idea de un nuevo estadio en la zona de San Siro".
Pero no todo es igual que hace 5 años: aquí están las diferencias
Sin embargo, no todo es igual que hace 5 años. Ha corrido mucha agua debajo del puente. En primer lugar, la propiedad del Inter ha cambiado desde entonces, con Roble y pájaro rojo que comparten identidades (se trata de dos fondos de inversión americanos), objetivos comunes (ambos deben aprovechar al máximo el dinero de sus inversores), perfiles similares a los de la alta dirección de los clubes. Todo esto puede haber ayudado a acercar a los dos clubes a la idea de un nuevo estadio compartido. Últimamente, los dos equipos, dada la oposición que encontraron, habían considerado abandonar San Siro y separarse, construyendo cada uno su propio estadio. Lugares elegidos: San Donato y Rozzano, en las afueras inmediatas de Milán.
Comparado con hace 5 años entonces hay algunas variantes. Antes: la Meazza no será demolida porque la construcción debería realizarse en 2025 limitación de la Superintendencia en el segundo anillo. Segundo: será “refuncionalizado”, o transformado en algo diferente: aún podría mantener funciones deportivas a las que se sumarían servicios comerciales y un museo (esta hipótesis ya había surgido en una versión intermedia). Tercero: Inter y Milán ellos quieren comprar (y ya no lo alquilaré durante 99 años) la Scala del calcio y sus alrededores, es decir 98 mil metros cuadrados de ciudad para transformar.
Las tres nuevas peticiones del Inter y Milán
Inter y Milán preguntaron durante la entrevista tres cosas: saberlo lo antes posible precio de San Siro (que será establecido por la Agencia Tributaria), para conocer los tiempos para tener la propiedad, para entender en términos concretos que lo que implica la restricción. El alcalde responde así a los ciudadanos: “No hago promesas sobre San Siro, dependo de las intenciones de los equipos, que son las entidades que invierten. Lo que puedo hacer es prometer a los milaneses respetar las reglas: que las áreas, si se venden, se venderán al precio apropiado establecido por la agencia tributaria, que se respetarán las reglas de la Superintendencia y que la planta será insertado en un contexto de trimestre. Ahora tenemos que ser rápidos en dar las respuestas, pero en ese momento pediré certeza de que ésta es la única hipótesis en el campo". Sala también habló de los dos proyectos de San Donato y Rozzano. “En caso de que debamos emitir un aviso poner a la venta San Siro y las zonas. La restricción persiste, pero puede remodularse. La ciudad quedaría con dos estructuras”, dijo Sala.
La acción de los comités vecinales
En estos 5 años han sido los comités de vecinos para sacar a la luz las contradicciones de todo este asunto: las certificaciones, emitidas por el propio Municipio, de idoneidad estática con lo cual se hace oficial que el actual estadio se encuentra en excelentes condiciones y que si acaso le vendría bien un normal restyling. Se han enviado y archivado más proyectos de renovación (el último firmado por Webuild) que indican menores costos de renovación con respecto a la construcción de un nuevo estadio. uno fue enviado Petición a la Comisión Europea., se organizó una debate público, se han abierto varios apelaciones al TAR. "No queremos dos estadios, queremos una reurbanización ecológica de la zona, también porque existe el problema de perturbar la paz pública cada vez que hay un evento", afirmó Silvana Gabusi de la asociación "Gruppo Verde San Siro".
Los proyectos de renovación
Después de los primeros proyectos de renovación presentados al Ayuntamiento por los arquitectos Aceti y Magistretti, la última propuesta por orden cronológico fue la de Webuild: tres años de trabajo sin interrumpir el campeonato con una inversión de alrededor de 300 millones para tener un estadio de 70.500 plazas. “Un proyecto extraordinario”, dijo entonces el alcalde. Pero a los equipos no les fue bien. El caso es que, como viene trascendiendo desde 2019, hay un factor clave: la construcción de un nuevo estadio es sólo la punta de un iceberg inmobiliario que se extiende, y de hecho ya ha comenzado a hacerlo, en las zonas aledañas al la construcción de edificios para venderlos a un precio elevado. Cuando nació la idea en 2019, los dos equipos habían planteado obras inmobiliarias (rascacielos, oficinas, centros comerciales) por más de mil millones de dólares, de los cuales el coste del nuevo estadio se estimaba en 400/500 millones. El retorno de toda esta inversión ciertamente no proviene de las entradas para los partidos, sino de la venta de otros bienes. Sin estos ingresos, la inversión no beneficia a los equipos. Mucho menos una simple reforma.
La inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno
Il Se reanuda el juego de la oca: se vuelven a tirar los dados. El siguiente cuadro se abre la próxima semana con la reunión con la superintendencia. Luego estará la evaluación de precios por parte de la Agencia Tributaria. En cualquier caso, dentro de dos años, exactamente en febrero de 2026, tendremos que parar un momento: la inauguración del Juegos Olímpicos de Invierno Milán-Cortina, mientras que habrá un alcalde diferente ya que el actual habrá completado sus dos mandatos para entonces.