Los datos del Informe Istat sobre el Mercado de Trabajo correspondientes a noviembre de 2019 son sin duda positivos. Por una vez todos los índices están en el rango correcto (positivo o negativo según de qué índice se trate). Incluso la tendencia a la baja en la tasa de desempleo esta vez tiene un significado real y no solo estadístico, porque va acompañada de una disminución en la tasa de inactividad: en esencia, más personas buscan trabajo y lo encuentran.
Incluso el término trabajo, que a pesar del Decreto de Dignidad, siguió creciendo en los 11 meses anteriores esta vez registra una disminución, aunque sea mínima. Es difícil decir si se trata de un cambio de tendencia o de un fenómeno económico, pero es justo informarlo. No obstante, para un análisis más completo conviene esperar a los informes de fin de año, a partir de los cuales se podrán obtener datos más precisos sobre la calidad del empleo, los salarios, los despidos y la movilidad.
Sin embargo, se pueden aventurar algunas perspectivas sobre la base de los datos ISTAT actualizados al tercer trimestre, por lo tanto a octubre de 2019, en relación con lo que parece ser el problema específico de la economía italiana: crecimiento del empleo sin crecimiento de la producción y, menos aún, la productividad. Veámoslos. (Datos de ISTAT Congiuntura - Octubre 2019)
El número anual de horas trabajadas tenía un índice de 115,1 en el primer trimestre de 2008, y solo de 111,8 en el tercer trimestre de 2019. Son datos desestacionalizados, pero si quisiéramos mirar los corregidos por días hábiles ¡incluso estaríamos en 107!
Las horas trabajadas por empleado pasaron de 107,2 en el primer trimestre de 2018 a 100,4 en el tercer trimestre de 2019, que, corregido por días hábiles, ¡incluso baja a 94,3! Dos cifras que explican por qué el crecimiento del empleo individual el número de horas trabajadas no aumenta.
Es fácil imaginar que en la base del fenómeno está la gran difusión de tiempo parcial, especialmente involuntario y femenino, en el sector servicios: lo verificaremos cuando se publique el informe conjunto Ministerio - INPS - ISTAT - INAIL de 2018.
Sin embargo, es mejor no confiar en una lectura que identifique el quid de la cuestión únicamente en el subempleo en los servicios: en el sector industrial el índice de producción desestacionalizado marca 114,1 en noviembre de 2008 y solo 112,9 en noviembre de 2019 (datos corregidos de los días laboral).
En última instancia, nos enfrentamos a una ocupación que está creciendo en términos numéricos, probablemente gracias al trabajo a tiempo parcial en el sector servicios, y un empleo sustancialmente más estable en la industria pero sin un aumento en las horas trabajadas.
La perspectiva en estos términos no es mucha, pero veremos algo más preciso en la próxima encuesta.