“La subida en julio de la confianza de las empresas italianas es positiva, pero hay que tener en cuenta, al leer estos datos, que las encuestas por muestreo señalan una clara mejora en el clima de opinión desde hace aproximadamente un año sin que esto haya se tradujo en una recuperación real de la actividad económica: en comparación con el comienzo del verano de 2013, la confianza empresarial ha aumentado en general entre 12 y 15 puntos porcentuales, pero el PIB se ha mantenido estancado”, declara Sergio De Nardis, economista jefe de Nomisma, al comentar los datos de Istat. sobre la confianza empresarial.
“Habría que investigar el motivo de esta desconexión. Una posibilidad es que la recesión haya provocado cambios importantes en la estructura productiva, con un gran número de empresas que han cerrado sus puertas y siguen pasando por dificultades; una realidad que revelan los indicadores duros, como la producción y la facturación, pero no los suaves, como las encuestas por muestreo que, por definición, solo entrevistan a las empresas sobrevivientes, cuyas tendencias, por lo tanto, solo pueden ser más positivas”.
“Concretamente – continúa de Nardis – de los datos de julio, cabe destacar que en el cuadro general de mejora, se confirma una fase de lentitud en la fabricación, particularmente en el frente de pedidos. Además, la crisis crediticia no ha disminuido, manteniéndose un porcentaje de empresas racionadas -es decir, de empresas que han solicitado y no obtenido crédito- en los elevados niveles de los últimos meses (14,7%, 17,5% en el caso de aquellas de menor tamaño).
“En resumen – concluye el economista jefe de Nomisma – en conjunto una buena cifra, pero dada la experiencia del pasado y la pérdida de impulso de la industria hay que considerarla con cautela”.