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Covid, fake news y el dorado de la conspiración

La propagación de la pandemia ha alimentado muchas noticias falsas y una conspiración real, especialmente en los Estados Unidos. El negacionismo es una parte integral de esta deriva y sus daños están a la vista de todos.

Covid, fake news y el dorado de la conspiración

Eldorado de la conspiración

En la propagación de la Pandemia, la conspiración ha encontrado su eldorado. Ocurrió espontáneamente ya veces alentado, de manera cruda y brutal, incluso en los más altos niveles institucionales. Al final se vio que la teoría de la conspiración puede ser un arma política letal en democracias donde la libertad de prensa y de expresión es uno de los pilares del sistema.

Este asunto tampoco es nada nuevo. Bastaría pensar cuánto contribuyeron el mito de la victoria mutilada en Italia y la puñalada por la espalda en Alemania a la afirmación del fascismo y el nazismo en el período de entreguerras.

Pero, ¿cómo pueden arraigarse las teorías de la conspiración, a veces obviamente absurdas y desprovistas de cualquier base fáctica o simplemente lógica?

Un enfoque interesante

Es interesante el enfoque del sesgo cognitivo que propone Manuela Cuadraro en su segundo libro, recién salido a la librería. Más allá del covid. Más allá del covid. La sociedad abierta y el futuro de la web (publicado por goWare). Se trata de un ensayo con inserciones narrativas en el que el autor, que ha pasado personalmente por el calvario de la Covid, rastrea las múltiples aceleraciones que la pandemia ha impuesto en el tránsito de la economía y el estilo de vida tradicionales a la nueva, inquietante e inmadura realidad destino de ciberespacio. ¿Cómo es posible mantener la sociedad abierta y los valores progresistas que han caracterizado el desarrollo de las sociedades democráticas modernas en esta nueva dimensión? Esta es la pregunta básica que el libro busca responder.

A continuación le ofrecemos un extracto sobre un tema de actualidad candente.

El eco ensordecedor de los búfalos

La conspiración no nació con Facebook. Todo medio de comunicación siempre ha tenido en su interior "enanos" que, a cambio de una bandeja de galletas, repiten en voz alta un guión ya escrito.

Quien escucha esas palabras, a su vez las repite, creando una caja de resonancia tan grande como el mundo.

Últimamente se han vertido ríos de tinta en la dinámica que subyace a la difusión de noticias falsas. Somos muy conscientes de que los factores sociológicos contribuyen y sobre todo sesgo cognitivo, es decir, juicios o prejuicios basados ​​en la interpretación de información inmediatamente disponible, que a menudo no se investiga adecuadamente o no se correlaciona lógicamente.

Un “atajo mental” (heurística) que debería ayudarnos a tomar decisiones rápidamente y que, en cambio, con demasiada frecuencia nos hace dar pasos en falso. No importa nuestro nivel educativo o el papel que desempeñemos en la sociedad: nadie está inmune a este riesgo.

sesgos cognitivos

La del sesgo cognitivo Es un tema muy amplio que merece ser explorado más a fondo.[ 1 ] Aquí me gustaría llamar su atención sobre algunos de ellos, que son particularmente útiles para nuestro razonamiento posterior:

1) Sesgo de la banda de marcha: todos tendemos a correr tras el mismo “carrito”, es decir, si una noticia o una opinión demuestra que ya tenemos un gran número de seguidores, nos inclinamos a creerlo más fiable. Aquellos que tienen una opinión contraria a las masas, por lo tanto, tienden a no hablar de ello por temor a ser condenados al ostracismo por la mayoría (Espiral de silencio[ 2 ]);

2) Sesgo de confirmación: damos mayor credibilidad a las noticias que confirman opiniones preconcebidas, que a aquellas que pueden ponerlas en crisis. relacionado cercanamente ailusión de frecuencia, lo que nos lleva a fijarnos en lo que capta nuestros pensamientos en la realidad que nos rodea (como me pasó a mí en los días en que evaluaba si comprarme o no un Fiat 500 y me parecía verlos aparecer en cada cruce). Otro sesgo conectado es elefecto avestruz, lo que nos lleva a esconder la cabeza bajo la arena cada vez que nos enfrentamos a hechos que prueban la falta de fiabilidad de nuestras teorías.

3) Sesgo de anclaje: damos por hecho la primera información que se nos proporciona, relegando a un segundo plano las que llegan después (por lo que prácticamente se ignoran las desmentidas de cualquier bulo);

4) Ilusión de patrón (o podríamos decir "de la conspiración"): vemos correlaciones entre hechos absolutamente inconexos;

5) Sesgo de negatividad: nos lleva a dar mayor importancia a las noticias negativas que a las positivas;

6) Sesgo de magnitud (u orden de magnitud) lo que nos dificulta evaluar las cifras en su entidad objetiva (¿son muchos o pocos los migrantes desembarcados en Lampedusa? ¿Preocupan o no las cifras de contagios por Coronavirus?)

7) Efecto Dunning-Kruger: nos hace sobrestimar nuestro conocimiento en un campo definido, dándonos la ilusión de que nos hemos convertido en expertos. Como los virólogos que atacan a los no-vacunas. Una presunción a menudo relacionada con la falta de confianza en los conocimientos consolidados y las figuras relacionadas con ellos (médicos, profesores, etc.).

autoridad de información

También me gustaría añadir un aspecto que muchas veces queda en un segundo plano: laautoridad de información que surge de la presunta neutralidad de los medios tecnológicos.

Dejame explicar.

¿Cuántas veces hemos usado la expresión "lo escuché en la radio" o "lo leí en Internet" o "lo vi en la televisión"?

Muchos. Sin embargo, son básicamente incorrectos: lo que sea que hablemos, no lo escuchamos "en la radio", sino durante el programa de radio X transmitido por la estación Z y conducido por el simpático Y; no lo leímos "en internet" sino en la revista online ABC; no lo vimos en la televisión sino en el programa de televisión del domingo por la tarde.

Sin embargo, todos estos detalles en nuestra memoria se desvanecen, oscurecidos por el medio mismo. Esto se debe a que "radio", "TV" o "internet" traen consigo una apariencia de objetividad que parece dar sustancia a nuestro discurso, cualquiera que sea el giro que decidamos darle.

Decir: "Lo escuché en el programa de Barbara d'Urso" o "Lo vi en Report" crea dos contextos distintos, que nuestro interlocutor tendrá en cuenta para formarse una opinión sobre lo que estamos diciendo. Sin embargo, si evocamos el medio, el contexto desaparece. Solo queda el contenido que estamos reportando. Y cuanto menos claro está el funcionamiento técnico del medio (véase la historia de los famosos "enanos"), más nos inclinamos a hacerlo relevante como contenedor semántico, porque no se puede negar su autoridad.

Alguien que supiera cómo funcionan las ondas de radio y cómo se organiza una verdadera sala de redacción de radio difícilmente habría venido a la pequeña posada siciliana.

Asimismo, hoy en día es muy difícil encontrar a alguien que, a pesar de utilizar Internet y las redes sociales a diario, sea capaz de entender cómo funcionan a nivel técnico, y por tanto entender según qué lógica aparece una noticia en el Facebook stream y otro no.

Víctimas de los “enanos de Internet”

Por ejemplo, noticias como esta:

¿También te ha pasado esto en el streaming? No es de extrañar: en junio de 2020 literalmente dio la vuelta a la web, relanzado por miles de teóricos de la conspiración más o menos conscientes de serlo.

Si la fake news de la época sobre el español te hizo sonreír, apuesto a que ahora se me han pasado las ganas de reír[ 3 ].

¿Puedes decir cómo te llegó esta noticia a los ojos?

¿Puedes indicar la fuente original?

¿Sabría cómo verificar si lo que se informa es, al menos en parte, cierto o no?

Si no, entonces tú también eres víctima de los “enanos de internet”. Quienes a diferencia de sus antepasados ​​radiofónicos, no solo hablan, sino que también han aprendido a escuchar los discursos de las personas sentadas en la posada global. Y de ahí es de donde obtienen su inspiración. De esta manera se vuelven aún más creíbles. Y, con la planificación adecuada, viral.

Las consecuencias del negacionismo

Tomemos lo que sucedió en la primavera de 2020 en Estados Unidos: muchos "negacionistas" comenzaron a difundir contenidos en los que definían el coronavirus como un engaño, citando razones no muy diferentes a las de la Fiebre Española.

Los enanos digitales han avivado las llamas y la mala política no ha desaprovechado una oportunidad fácil de consenso. Una miopía que ha desembocado en una cadena de acciones tan nefastas que parecen el guión de una mala película de terror de los ochenta: asaltos a armerías; Fiesta del covid para propagar el contagio "ligero"; pseudo remedios caseros para no "alimentar" a las odiadas farmacéuticas, como inyectar desinfectantes en una vena, hasta la publicación de delirantes vídeos en los que las medidas de contención de contagios, como la obligación de llevar mascarillas, se presentaban como "la orden de una dictadura comunista” y una ofensa a los valores cristianos de la nación[ 4 ].

En resumen, el "escépticos” produjeron un contenido de conspiración tras otro y desafiaron a COV Sars 2 a un concurso de viralidad.

¿Adivina quién ganó?

En realidad, ni siquiera necesita adivinar, lo leemos en las páginas de los periódicos. Estados Unidos ha tenido una expansión del contagio aterradora, en junio de 2020 tenía más de 4 millones de enfermos y 144 mil muertos y las cifras no daban señales de disminuir. Pero incluso ante esta aterradora evidencia, los negacionistas persistieron en sus posiciones, a pesar de los testimonios de algunos ex acólitos de la conspiración que, salvados in extremis por médicos del coronavirus o por algún remedio casero, admitieron públicamente que Ellos estaban equivocados.

Los "enanos" de Internet habían utilizado hábilmente el sesgo para crear una máquina infodémica que se perpetúa a sí misma. ¿Cómo lo hicieron? Sencillo: aplicando un viejo truco de contrabandista.

Note

[ 1 ] En este sentido, es muy interesante el artículo en AgendaDigitale.eu de Daria Grimaldi, profesora de psicología social de la comunicación de masas en la Universidad de Nápoles Federico II: https://www.agendadigitale.eu/cultura-digitale/perche-ci-credo-la-credulita-online-come-strumento-di-influenza-sociale/ — A los que quieran profundizar más les encantará "Juicio bajo incertidumbre: heurística y sesgos", escrito por Daniel Kanheman con la colaboración de Amos Tversky y Paul Slovic, que, entre otras cosas, destaca los efectos de estas dinámicas psicológicas en la economía real.

[ 2 ] La espiral del silencio — Hacia una teoría de la opinión pública (2002) — por Elisabeth Noelle Neumann

[ 3 ] Si está interesado en desacreditar, Giornalettismo ha "destruido" admirablemente esta falsificación aquí: https://www.giornalettismo.com/influenza-spagnola-bufala-vaccino/

[ 4 ] En este video difundido por el Telegraph se pueden encontrar algunas de estas ideas expresadas por la voz de algunos ciudadanos del Estado de Florida durante una reunión con representantes locales: https://www.youtube.com/watch?v=DaFSH0K4BdQ

Manuela Cuadrado (Milán, 1980) Licenciado en Idiomas. Trabajó como periodista y colaboró ​​durante años con diversas agencias de comunicación y agencias web. Hoy es gerente de cuentas en Breva Digital Communication, empresa que ayudó a fundar en 2014. Forma parte del grupo de expertos Naìma para la innovación empresarial. Colabora con diversas realidades formativas, entre ellas la Fundación IDI y el Gimnasio de Profesiones Digitales. Para goWare en 2019 también lanzó Marketing Digital para la empresa BtoB.

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