Casi dos semanas de reflexión no fueron suficientes para encontrar una síntesis entre las necesidades de Abi y los de los sindicatos en la formulación de los nuevo contrato bancario. En la esperada reunión de ayer el punto de inflexión no ha llegado, ese cambio de ritmo que habría garantizado el cierre de las negociaciones para el 1 de abril, día en el que se producirá la anulación del contrato (en caso de que no llegue el acuerdo sobre la renovación).
Los huecos no se han llenado y, ya como siempre, el rebote de responsabilidades sobre la nueva ruptura es la consecuencia evidente. Pero, ¿estamos realmente hacia un punto de no retorno o las dos partes, después de algunas declaraciones feroces, volverán a negociar precisamente a partir de estas fricciones, encontrando el acuerdo tan necesario en un final rápido como un rayo? De hecho, es difícil pensar que después de tantos meses de negociaciones las dos partes no puedan llegar a un acuerdo sobre la renovación del banco cnl (el convenio colectivo nacional de trabajo).
Los de estas semanas son en su mayoría intentos de subir el listón para conseguir el mejor contrato posible. La prioridad de Abi es básicamente mantener el costes laborales de los banqueros a corto plazo esperando que con las nuevas clasificaciones (ABI ha propuesto bajar de 13 a 6) y con la clara reducción de los incrementos de antigüedad (o su eliminación) las entidades de crédito puedan ahorrar en la partida relativa al coste de trabajadores a medio y largo plazo.
Además de esto, entonces está el grano de empleo. El jefe de delegación de Abi Alessandro Profumo no se quedó a medias: "La protección de 309 mil empleados no es factible" pero en el tema de renovación de contrato bancario garantizó: “Voy a trabajar hasta el 31 de marzo para encontrar un acuerdo”. Los sindicatos de los trabajadores de las entidades de crédito, que ayer decidieron interrumpir las negociaciones, decidirán las acciones a tomar de aquí a los próximos siete días. El secretario Fabi Lando Maria Sileoni explicó las razones que llevaron a la interrupción de las negociaciones sobre la renovación del contrato bancario: "No hemos recibido, por parte de la ABI, respuestas claras y transparentes contractual y políticamente sobre el mantenimiento de los 309 empleados actuales del sector y sobre el nuevo modelo de banca al servicio del país, las familias y las empresas".
Por tanto, detrás del nuevo parón no solo hay razones económicas sino también laborales y sociales. Los sindicatos, sin embargo, son muy conscientes de que la nuevo modelo de banco no es el futuro pero ya es el presente del sector crediticio y que el impulso futuro hacia las agregaciones solo conducirá a despidos. La disminución del número de empleados será casi fisiológica y los sindicatos tendrán que encontrar la forma de transitar por este camino de la forma menos dolorosa posible. Llegar al XNUMX de abril sin un acuerdo completo sobre el contrato de los banqueros solo podría empeorar las cosas.
Los gremios bancarios proclamaron un paro de dos días, en fechas por definir, tras la interrupción de las negociaciones sobre la renovación del contrato. Así lo informaron fuentes según las cuales, entre otras medidas, también habrá un bloqueo de horas extras.