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Energía: consumo y precios en picada. Pero cuidado con el riesgo de apagones

El nuevo informe de Enea sobre el sistema energético italiano en el segundo trimestre de 2020 muestra cómo, en el período de confinamiento por el Covid, se ha puesto a prueba la seguridad del sistema eléctrico. Los riesgos y beneficios de la transición energética

Energía: consumo y precios en picada. Pero cuidado con el riesgo de apagones

Energía bajo estrés en el segundo trimestre de 2020. Debido a Covid y al bloqueo en abril, hubo un Caída récord de consumos, precios y emisiones de CO2. Pero también fue como dar un salto, de repente, hacia 2030, cuando el Plan de Energía y Clima (Pniec) pronostica que la participación de las energías renovables alcanzará el 55% del consumo eléctrico nacional y el 30% del consumo total de energía. Y de pronto vimos que, si no se activan rápidamente medidas para poner en marcha inversiones (110 mil millones, estima Confindustria Energia) sino que se bloquean mediante agotadores trámites burocráticos, se corre el riesgo de poner a prueba severamente la seguridad del sistema eléctrico nacional. Lo que traducido a palabras más brutales, significa tener en cuenta posibles apagones si las cosas se dejan como están.

CONSUMO, PRECIOS, CO2 COLAPSO

Los datos están tomados de la última. Análisis trimestral del sistema energético italiano creado por Enea que grabó un “caída récord en el consumo de energía (-22%) en el segundo trimestre de 2020 en comparación con el mismo período de 2019″ con un pico de -30% en abril. El análisis también certifica una notable disminución de emisiones de CO2 (-26% en el segundo trimestre). En cuanto a precios, las de electricidad cayeron en promedio un 20% para todas las categorías de usuarios mientras que las de gas cayeron un 27% para las pequeñas industrias y un 25% para los usuarios domésticos.

“Las caídas en el consumo y las emisiones no tienen precedentes. Y, aun en la hipótesis optimista de una vuelta a la normalidad en la segunda mitad del año, a finales de 2020 la caída probablemente será mayor que el récord negativo de 2009 (-6% del consumo de energía)”, explica Francesco Gracceva , el investigador de Enea que supervisó el análisis. “Las emisiones han disminuido más que el consumo de energía ya que ha disminuido principalmente el uso de combustibles fósiles con mayor intensidad de carbono, como el carbón y el petróleo”.  

El desplome del 30% en la demanda de petróleo y del 18% en la de gas natural ya se ha apreciado, también en informes anteriores. La recuperación del tráfico rodado, apunta de nuevo Enea, hará que las emisiones vuelvan a subir, pero nunca tanto como en 2019.

SEGURIDAD Y RIESGO DE APAGÓN

Entonces llegamos a la parte quizás más interesante del nuevo informe de Enea.

"El contexto de una profunda crisis en la demanda de energía -señala Enea- condujo en cambio a un empeoramiento general del índice ISPRED relativo a seguridad del sistema energético (-10%). “Las causas se encuentran sobre todo en los sectores de refino -que sufrieron un fuerte descenso en el uso de plantas con márgenes en territorio negativo- y en el gestión segura del sistema eléctrico, en el que, aún sin eventos críticos evidentes, surgieron problemas relacionados con la creciente penetración de las fuentes renovables intermitentes”, subraya Gracceva. 

¿Qué significa? Significa que, durante el confinamiento, hicimos un ensayo general de lo que sucederá dentro de 10 años si se cumplen los más que loables objetivos del Pniec. En el mes de Mayo, las fuentes renovables cubrieron más del 50% de la demanda eléctrica (20% de eólica y solar), alcanzando un nuevo alto histórico. Y los precios de la electricidad, pronostica Enea, volverán a subir en el tercer trimestre precisamente por el mayor coste del despacho operado por Terna, que se ve obligada a saltar aros para garantizar la seguridad del sistema eléctrico.

Todo ello hace que la cuota de la reserva nacional sea cada vez menor y que las centrales térmicas -expulsadas del mercado por las renovables- ya no garanticen el colchón de seguridad que garantizaban hasta ahora. Y mucho menos cuándo cerrarán las plantas de carbón y otras plantas de gas menos eficientes y competitivas. En conclusión, la transición energética está en marcha y no se puede cuestionar. Pero es necesario acelerar todas las intervenciones para poner el sistema en seguridad. O volverá el riesgo de apagones, que se evitó milagrosamente en abril y mayo.

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