I verduras alemanas (i Die Grünen) son una de las principales innovaciones políticas europeas de estos tiempos, aunque no hayan nacido ayer. No son solo un movimiento, sino un verdadero partido político, dominado por un fuerte sentido ecológico, pero que se ha distinguido por su compromiso cívico, basado en la justicia social y también en la voluntad de combinar la protección del medio ambiente con un proyecto más general de modernización. de Alemania Han aumentado su popularidad al reflejar la voluntad de muchos ciudadanos, preocupados por la sostenibilidad y el medio ambiente, pero sobre todo por su capacidad de abordar cuestiones, muchas veces eclipsadas. Han podido involucrar a votantes muy diversos, desde jóvenes hasta mayores, opuestos a los partidos mayoritarios. Pero lo más importante es que nunca han sucumbido a las tentaciones populistas, ni siquiera en lo que se refiere al problema de la inmigración.
La ola verde está afectando a varios países, no solo a Alemania, donde ahora el Grünen, con el 22%, superó a los socialdemócratas (en tercer lugar con la ultraderechista AFD) y cada vez se acercan mas a los populares (Cdu y Csu en primer lugar con 28%). También destacan Francia, donde alcanzaron el tercer puesto y Austria, donde en 2019 lograron obtener 10 puntos más que en 2017. Hablando de números, 69 parlamentarios verdes se sientan en el Parlamento Europeo. Al contrario que en el resto de Europa, en Grecia solo el 0,9%, no mucho peor que en Italia, donde obtienen solo el 2,3% del electorado.
Cabe preguntarse si los Verdes alemanes llegarán a ser la primera fuerza del país, o si es posible una coalición para el próximo gobierno formada por la CDU, la CSU y los Verdes, o –en el caso de que Merkel no consiga ser sustituida con éxito– si incluso el próximo canciller será verde. En cualquier caso, los Verdes alemanes son ahora un modelo de referencia para muchos, especialmente para Italia.
EN QUÉ SE DIFERENCIAN DEL MODELO ITALIANO
En Italia los verdes siguen estando al margen, incluso en Reino Unido tienen un mayor consenso, mientras en nuestro país ni siquiera pueden cruzar el umbral para entrar en el Parlamento. Probablemente un primer factor es que en Italia el medio ambiente y la sostenibilidad se ven como temas separados del desarrollo económico y la innovación tecnológica.
Por un lado, la preocupación por temas como el desempleo y la pobreza distraen a los ciudadanos del problema del cambio climático. Por otro lado, los partidos italianos no han logrado traducir el mensaje ambiental en términos de oportunidad y crecimiento para el país.
Otro factor se refiere al tipo de votante. Mientras que en Alemania los socialistas están atrasados, manejando a los Verdes para ganar sus votos, en Italia el Partido Demócrata todavía domina la corte, implementando factores ambientales en su programa, pero sin lograr materializarlos. Tanto es así que en nuestro país el problema ambiental se percibe casi como un obstáculo para el desarrollo y la innovación, y no como una solución.
Además, a diferencia del escenario político italiano, los Verdes alemanes no están dirigidos por un líder político famoso, al contrario, se caracterizan precisamente por una estructura descentralizada (gracias también al sistema federal). La dirección del partido, a nivel nacional, está encomendada a Roberto Habeck e Annalena baerbock. El hecho de tener una doble dirección, que se alterna regularmente, permite plantear realidades distintas dentro del propio partido. Por lo tanto, la ausencia de un líder único no es una debilidad, sino una fortaleza.
La particularidad de este partido radica en su capacidad para consolidarse como una fuerza innovadora, creíble, pero con una gran experiencia de gobierno, fruto de su historia política.
LA HISTORIA DE LOS VERDES ALEMANES
Los Verdes nacieron en la década de XNUMX en Alemania Occidental, de ambientalistas y pacifistas destinados a mejorar la calidad de vida en las grandes ciudades, fuertemente opuestos al uso de la energía nuclear. En 1990, se fusionó con Alliance 90, el movimiento de derechos civiles en Alemania Oriental.
A pesar de esta fusión, el partido pasó por altibajos, hasta las elecciones federales de 2009 en las que la oposición entre el partido de Angela Merkel y el partido socialdemócrata puso en primer plano al partido ambientalista, logrando proponerse como fuerza de gobierno. Pero solo con las elecciones europeas de 2019, el partido alcanza su punto máximo obteniendo un 20,5% con más de 7 millones y medio de votos.
El PROGRAMA POLÍTICO
Los Grünen han logrado a lo largo de los años interponerse entre dos fuerzas políticas: los socialdemócratas (SPD) y los conservadores (CSU y CUD). Este partido cada vez más creciente en la escena política europea ha sabido combinar modernización y sostenibilidad en sus programas. Central es el cambio climático, cuyo fin es reducir la contaminación, favoreciendo las industrias ecológicas, pero sobre todo las renovables y la solar.
El segundo tema, en el que este partido pone mucho énfasis, es la igualdad de género entre hombres y mujeres, pero también para los inmigrantes, con la eliminación de las barreras que favorecen a las personas con discapacidad y a las personas mayores. El Partido Verde también subraya la importancia de luchar contra la discriminación por motivos de raza, religión y contra los homosexuales.
El tercer punto de su programa es inmigración, según el cual su integración en Alemania, por ejemplo a través del estudio del idioma, mejoraría su calidad de vida. Sin poner límites de entrada, pero adoptando medidas para controlar los flujos.
El cuarto punto, sin embargo, se refiere a la batalla para aumentar el uso de tecnología, o mejor dicho, de la digitalización en las empresas. Todo en el respeto al medio ambiente y en la protección de datos personales.
Por último, pero no menos importante, está la visión de Europa. Según Die Grünen hay que reforzar la union europea, derribando todos los límites que impiden la consecución de los dos objetivos principales, como son la paz y la prosperidad.
El éxito de este partido demuestra cómo una política progresista, dirigida al bien público, puede ser un enorme ejemplo para todos los países, especialmente para Italia, donde ahora es difícil reconocerse en uno de los diferentes partidos, cada vez más comprometidos con la lucha entre sí. entre sí, poniendo en un segundo plano los intereses de los ciudadanos. El caso alemán demuestra que es posible desarrollar una fuerza política autónoma y europeísta capaz de compaginar la crisis climática con la social y democrática. Esperemos que los Verdes alemanes abran el camino.
Necesito ponerme en contacto con su corresponsal en Alemania. ¿Es posible tener una dirección postal?