Dos millones y medio de euros de pérdidas cada día. Es la pérdida que está acumulando Ilva, por un total que en 2015 se acercó a los mil millones: 918 millones de euros, para ser exactos. Lo que, sumado a los 641 millones de 2014, los 911 de 2013 y los 620 de 2012 (año en el que la acería de la familia Riva fue incautada tras una investigación del poder judicial de Taranto) elevan las pérdidas totales a más de 3 millones, es decir, más de 2 millones al día, en el cuatrienio.
Los números relativos a 2015 -la única cifra declarada oficialmente por los comisarios de Ilva es el EBITDA (margen bruto de explotación) negativo de 380 millones- emergen del dataroom al que han accedido las 25 empresas que presentaron interés tras la licitación ministerial que puso el negocio complejos de Ilva spa en administración extraordinaria en venta (desde enero de 2015): 12 están interesados en adquirir todo el grupo y 13 apuntan a las filiales, con fecha límite para la presentación de ofertas vinculantes fijada para el próximo 23 de mayo.
Pesa sobre todo la competencia china que ha hecho bajar los precios del mercado del acero: el efecto de la sobrecapacidad de los productores chinos que han inundado Europa de acero a bajo precio. Además, en una empresa con costes fijos elevados como Ilva, la caída de la producción también tiene efectos contables significativos: y en 2015 la producción se redujo en 1,2 millones de toneladas hasta los 4,6 millones (debido a problemas medioambientales el alto horno 5 de Taranto se cerró en marzo y Afo 1 reinició en agosto).
