Italia cuenta con una buena posición competitiva en el economía espacial: en segundo lugar por incidencia de investigación y desarrollo, cuarto por exportaciones y séptimo en el G20 por presupuesto de gasto público en relación con el PIB. Esto es lo que se desprende del reportaje publicado por Intesa Sanpaolo con motivo del estreno dia mundial del espacio.
El espacio se está convirtiendo en un tema cada vez más central en el debate económico y social, dada su importancia estratégica para el desarrollo futuro de los países. Con la entrada de un número cada vez mayor de actores privados, las oportunidades que surgirán del sector espacial son muchas. Según la Fundación del Espacio, el valor generado por las actividades vinculadas a la economía espacial ascendió a 447 millones de dólares en todo el mundo en 2020, el doble que hace apenas diez años.
A pesar del crecimiento de las inversiones del sector privado, los recursos públicos siguen representando (incluso durante los próximos años) el motor de desarrollo más importante. Italia se sitúa en la séptima posición entre los países del G-20 por presupuesto de gasto público en el sector espacial, en relación con el PIB, y en la segunda posición por la incidencia de la I+D pública en el espacio sobre el total (alrededor de 2020 millones de euros en 1,5), destacando el papel que juega el espacio en el interés nacional.
Incluso la atención prestada al espacio en el Pnrr y en elacuerdo bilateral entre Roma y París, así como el reciente nombramiento de Milán para la organización del Congreso Astronáutico Internacional en 2024, confirman este interés y conciencia del carácter estratégico de la cadena de suministro.
con una participación en exportaciones mundiales con un 6,9% (media 2015-2019, datos en dólares corrientes), Italia ocupa el cuarto lugar entre los principales líderes del sector, tras Estados Unidos, Francia y Alemania, mostrando un mejor posicionamiento que el dato del conjunto de la economía, donde nuestro país con un peso cercano al 3% ocupa la novena posición en el ranking internacional.
También en términos de actividad innovadora, Italia muestra un buen resultado, ubicándose en el quinto lugar entre los principales países patentadores, con una participación del 4,1% de las patentes mundiales relacionadas con la economía espacial (años 2013-2018), que se compara con el undécimo posición de patentes totales, revelando una buena especialización en actividades espaciales, como también lo confirma el índice RTA (Revealed Technology Advantage), con valores superiores a 2, en los primeros lugares entre las principales economías.
El análisis también incluye una mapeo extenso de las 286 empresas de la cadena de suministro de la economía espacial en Italia: empresas asociadas a la Agencia Espacial Italiana, miembros de clústeres de tecnología aeroespacial, participantes en proyectos Horizonte 2020, beneficiarios de préstamos de los Fondos Estructurales. Se trata de empresas "jóvenes", nacidas después del año 2000 y mayoritariamente de pequeño tamaño (menos de 2 millones de facturación).
Sujetos especializados en nichos productivos de alto contenido tecnológico, que ofrecen soluciones personalizadas y de vanguardia, están flanqueados por unos grandes jugadores, integrados y con una oferta muy diversificada.
Otro aspecto que surge de la fotografía de los principales sectores involucrados es la fuerte multidisciplinariedad que caracteriza a la cadena de suministro: la economía espacial es, de hecho, un mundo en el que coexisten una variedad de actividades diferentes. Este elemento de mestizaje entre sectores y especializaciones productivas favorece también la colaboración entre los distintos sujetos, animados a trabajar juntos poniendo en común sus conocimientos y habilidades.
Finalmente, se presentan algunas de las posibles tendencias tecnológicas futuras de la economía del espacio, desde el turismo espacial hasta el desarrollo de nuevos procesos productivos en ausencia de gravedad, que ofrecen ideas para futuras reflexiones. El enorme potencial económico ligado a la economía espacial empuja hacia una nueva carrera, que conducirá también a la definición de nuevos equilibrios geopolíticos y que requerirá también de un marco regulatorio renovado.