El Gobierno ha sido demasiado optimista con la Tasa Tobin. Así lo sostienen los técnicos del Senado, que consideran difícil calcular con precisión los ingresos derivados del nuevo impuesto a las transacciones financieras. Los riesgos de elusión son demasiado altos, sin mencionar la "competencia fiscal" que podría provenir de otros países de la UE.
"La asunción del aumento de los ingresos como una cifra constante en el tiempo - dice la nota de lectura del Proyecto de Ley de Estabilidad - no parece tener en cuenta la posibilidad de que la disposición en cuestión modifique el comportamiento de los inversores que, para evadir el pago de del impuesto, pueden recurrir a formas de interposición, valiéndose de personas físicas o jurídicas no residentes en Italia".
Además, no se considera el "desalineamiento con respecto a otros regímenes que operan dentro de la UE". A la espera de una propuesta común, “podría darse fenómenos de competencia fiscal de aquellos países de la UE que aún no han implantado el impuesto en cuestión o cuentan con regímenes más favorables, por tanto en detrimento de las transacciones en los mercados financieros nacionales, con un crowding- surtirá efecto especialmente en los primeros años (en los que la reacción de los inversores podría ser más clara) y en todo caso hasta que exista una fiscalidad armonizada a nivel comunitario”.