"No habrá una recuperación sostenible en ausencia de un aumento de la inversión" porque "ningún estímulo monetario o fiscal puede tener éxito si no va acompañado de las políticas estructurales adecuadas". Así lo afirmó ayer por la tarde el presidente del BCE, Mario Draghi, en su intervención en la cena de gala de Eurofi en Milán de cara al Ecofin de hoy y al Eurogrupo de mañana.
“El BCE -recordó Draghi- está dispuesto a intervenir más, si es necesario, de acuerdo con su mandato de mantener la estabilidad de precios”, pero su acción no sería decisiva en ausencia de reformas e inversiones que corresponde a los gobiernos favorecer. "Un aumento decisivo de las inversiones -dijo- es fundamental para acercar la inflación a los niveles deseados", es decir, en torno al 2%, pero también "para dinamizar la economía y reducir el desempleo".
En esencia, se trata de romper el círculo infernal de la deflación y la recesión y la acción de los gobiernos es decisiva, tanto realizando reformas estructurales como favoreciendo la recuperación de las inversiones públicas y privadas, recortando impuestos y recortando el gasto público improductivo. Desde este punto de vista, añadió Draghi, junto a las inversiones privadas, podría ser importante el papel que está a punto de jugar Europa con el plan Juncker que prevé inversiones por 300 millones.
El ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, también tomó la línea del presidente del BCE, quien pidió a los socios europeos favorecer reglas comunes sobre minibonos para facilitar la financiación no bancaria de las pequeñas y medianas empresas.
