Medio ambiente, pandemia, cohesión social, economía y escuela. En el primer Consejo de Ministros, el nuevo premier Mario Draghi, inmediatamente después de haber prestado juramento en el Quirinale junto a su numeroso equipo, recordó a todos las cinco emergencias de este ejecutivo. Sobre todo, recordó que no debe haber luchas de banderas: “Aquí la unidad no es una opción, sino un deber”, dijo. En definitiva, el mensaje es claro: olvidémonos de las túnicas, trabajemos todos juntos: “Sé que os pido un sacrificio –empezó– y sé también que hay sensibilidades diferentes, que algunos tenéis historias alternativas, que hay políticos y técnicos. No debemos permitir que esta diversidad sea una limitación, pero para ello todos tienen que ceder en algo para cuidar el interés nacional”.
El capítulo más acuciante sigue siendo el sanitario, es decir, la gestión de la pandemia: habrá un nuevo plan de vacunación masiva y Draghi ya ha prometido el máximo esfuerzo: "Haré todo lo posible para acelerarlo", también porque el expresidente del BCE es consciente de que se trata la única manera de reiniciar la economía también. De hecho, el otro problema se llama economía y sobre todo empleo, siendo ya inminente la expiración del bloque de despidos. A los ministros que le escuchan, Draghi les explica que no basta con defender los puestos de trabajo que tenemos, sino con crear otros yendo más allá de la lógica de las subvenciones. Y luego está la escuela, sobre la que el primer ministro ya ha dejado claro que habrá novedades. En resumen, vamos.
Creo que es un llamado justo a todas las fuerzas políticas para que dejen de lado a la oposición y
trabajar de común acuerdo por el bien común del país pero es necesario identificar de qué manera técnica
para resolver los problemas socioeconómicos que han surgido con el desarrollo de la pandemia.