Conocemos a Bacon y su obra, por la gran capacidad de captar las profundidades psicológicas, torturando imágenes de la existencia humana en sus retratos, mientras que en estos dos estudios para autorretrato también encontramos una especie de extravagancia que hace que esta obra sea casi única en producción del artista. Aquí vemos a un eufórico Francis Bacon en la cúspide de la retrospectiva de su carrera en el Grand Palais en 1971 (Bacon fue solo el segundo artista vivo, después de Picasso), y lidiando con su relación con George Dyer, cuyo suicidio un año después atormentó a Bacon ( y su arte) durante las próximas décadas.
Poco conocido por el ojo público, este trabajo solo se ha exhibido dos veces antes: primero en el Grand Palais en 1971 y luego más recientemente en la exposición Marlborough Fine Art Small Portrait Studies en 1993. Confirmando la particularidad de Two Studies for a Self-Portrait (1970), es también que esta pintura es la portada del libro: Francis Bacon: Retratos y Autorretrato de Milan Kundera.
Una obra maestra del autoanálisis, con pinceladas dramáticas de Bacon, como en una paleta impresionista.
Bacon creó solo otros dos autorretratos en este formato dual. Uno de ellos, Two Studies for a Self-Portrait (1977), vendido en Sotheby's en febrero de 2015 por 14,7 millones de libras esterlinas (22,4 millones de dólares).
2016 será un año especial para Bacon, con exposiciones de su obra previstas en el Foro Grimaldi de Mónaco (patrocinado por Sotheby's), la Tate Liverpool y el Museo Getty de Los Ángeles. La publicación más significativa sobre el artista, Francis Bacon: Catalogue Raisonné, editado por Martin Harrison, se presentará en los próximos meses y se espera que revele nada menos que 100 obras inéditas del artista.
