El gobierno Renzi pone a prueba a su mayoría ante el obstáculo más duro y real, el de las reformas, y en particular sobre el Derecho del Trabajo, sobre el que la propia mayoría, tras los cambios en la comisión, parece vacilar, tanto como haber obligado al primer ministro Matteo Renzi a convocar una cumbre que dio el visto bueno para confiar en el texto.
El tema principal es la posición del Nuevo centroderecha que, para votar el decreto, requiere un acuerdo mayoritario para restaurar el texto a su versión original, es decir, antes de pasarlo a comisión. Según algunos miembros del partido que dirige Angelino Alfano, el partido podría votar en contra.
“Por el momento – declaró el diputado del Ncd Fabrizio Cicchitto – no hay acuerdo sobre el decreto de obra, no lo votamos. Es un paso adelante respecto a la reforma de Fornero, pero la propuesta era mejor antes de entrar en comisión”. En la misma línea se han alineado otros ilustres exponentes de Ncd, desde Sacconi hasta Formigoni.
Luz verde para el Decreto de Trabajo, sin embargo, por Forza Italia, mientras que la Elección Cívica está en duda. El frente laboral, sin embargo, no es el único en el que una mayoría tan heterogénea corre el riesgo de dividirse: el otro juego que se juega estos días es el de la reforma del Senado y el Título V de la Constitución. Un partido en el que el primer ministro Renzi tendrá que lidiar no solo con las intenciones de la NCD, Civic Choice y Forza Italia, sino también con una gran minoría dentro del Partido Demócrata. El quid, en este caso, es el de la elegibilidad de los senadores. Una serie de nudos que Renzi espera desatar lo antes posible, quizás incluso en la cumbre de hoy.