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Ilva, una sentencia que restauró el orden

La decisión del Tribunal de Revisión restituye su papel a cada uno de los protagonistas de la historia. Sería como un encargo de la empresa y de la ciudad que se limitaría a Tarento y no se repetiría por situaciones similares.

Ilva, una sentencia que restauró el orden

El fiscal general de Tarento, dr. Franco Sebastio, que había pedido el cierre de la zona caliente de Ilva y su desmantelamiento (citando, entre otras cosas, de forma inapropiada el precedente de Cornigliano, donde se cerró la zona caliente, pero no por orden judicial sino por elección de la empresa) reaccionó a la decisión contraria del Tribunal de Revisión con una declaración sorprendente. “El uso de las plantas no se concedió para continuar la producción sino para que las plantas mismas alcanzaran el estándar. Efectivamente, está claro –prosigue el Ministerio Público– que para hacer las obras de adecuación de los sistemas es necesario que funcionen, de lo contrario no se puede comprobar si las obras en sí se han hecho o no”. . “Déjame ser claro – concluye el Dr. con lógica implacable. sebastio-que si la empresa decide no colaborar (es decir, si Riva decide cerrar), entonces Ilva realmente debería cerrar“. Es un razonamiento impecable, ni siquiera La Palisse podría haberlo dicho mejor.

La verdad, sin embargo, es que el Tribunal de Revisión corrigió la decisión del juez de instrucción y puso las cosas en su lugar en lo posible. En primer lugar, volvió al Presidente de Ilva, dott. Bruno Ferrante, responsable de la gestión e implementación del plan de normalización de las plantas (plan que Ilva ya había puesto en marcha) y apoyado por tres técnicos expertos en acero con la tarea de no parar las plantas, como pidió el Público Fiscalía, sino para asegurarse de que estaba a la altura de la normalización para la plena recuperación de la actividad productiva. La sorpresiva decisión de la Corte de confirmar el arresto domiciliario a los Riva deja en evidencia que es realmente difícil entender cómo pueden contaminar las pruebas o repetir el crimen. La lectura de la sentencia aclarará este punto que suscita muchas dudas y deja más que un poco de amargura en la boca. 

Sin embargo, en general, el camino indicado por el Tribunal de Revisión es el correcto, ayuda a salir del lío en el que la Fiscalía y el Gip habían metido a Ilva, la ciudad de Taranto, los trabajadores y el Gobierno y devuelve a cada uno de los protagonistas de la historia su propio papel. Se pide a Ilva que siga invirtiendo para completar la normalización de las plantas, al Gobierno y a la Región para que colaboren con la empresa en el enorme trabajo de descontaminación y remodelación de la zona de Taranto y al Poder Judicial para comprobar que las cosas van realmente en esta dirección. Es una especie de "comisariado" de la empresa y de la ciudad que, sin embargo, estaría bien si se limitara a Taranto. y no repetirse en otras ciudades por situaciones similares. 

La sospecha de que esto podría suceder nos vino al leer lo que dijo el presidente de la Región de Puglia sobre el tema. Nichi Vendola. “Nos enfrentamos una medida – dijo Vendola – que de alguna manera prevé la incautación como vía para la ambientalización de las plantas productivasy concluyó afirmando que “es el Poder Judicial el que nos dice que ya no prevalecerá la idea de quienes creen que la ganancia y el crecimiento económico son más importantes que la vida desnuda y viva”. ¡Pero esto no puede ni debe ser! Esta tarea no corresponde al poder judicial sino a las instituciones, las leyes, las organizaciones sociales y los partidos. El Poder Judicial no puede ni debe desempeñar un papel sustitutivo de las demás instituciones sin degenerar. El Poder Judicial debe intervenir cuando hay un delito o ante una violación de normas precisa y documentada, no si hay una alarma general o un problema económico, social o ambiental que le corresponde a la Política atender.

Si no fuera así, entonces debería intervenir el Poder Judicial, de la misma forma que lo hizo en Taranto, también en Nápoles o Palermo por despilfarro o debería pedir el cierre de la autopista entre Roma y Nápoles para evitar el abandono de grandes cantidades de residuos a lo largo de esa ruta. Está claro que se necesita un sentido de la proporción en este campo. El Tribunal de Revisión ha demostrado que sí. Ahora esperemos que nadie intente dar un paso atrás. Sobre todo, tratemos todos de no repetir los errores que se cometieron en Taranto en otros lugares.

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