La cuenta atrás para el euro parece haber comenzado ya, pero en Emilia hoy la preocupación es aún mayor. El área afectada es altamente industrializada, orientada a la exportación y forma parte de una cadena de valor que actualmente se encuentra rota. ¿Qué futuro les espera a estas áreas?
"La preocupación es doble - observa Sergio De Nardis, economista jefe de Nomisma - hoy tenemos una situación de continua incertidumbre en un área que estaba manejando bien la crisis, un área que representa el 1,5% del empleo en el sector manufacturero italiano. Entonces tenemos un daño inmediato que también tendrá repercusiones en el PIB nacional en la primera mitad del año. Estas empresas forman parte de una cadena, muchas veces son proveedoras de otras empresas y aunque sean las mejores en su campo, están paralizadas y por lo tanto no pueden cumplir con sus tareas. Es muy probable que pierdan a sus clientes, por un tiempo o para siempre. Hoy, a esta preocupación se suma otra preocupación, a saber, la crisis cada vez más aguda del euro. Una catástrofe siempre trae consigo un efecto rebote, una recuperación tras una caída, pero en la perspectiva actual esta recuperación podría verse aún más penalizada. Si el techo de la casa es demasiado bajo, es imposible estar de pie”.
EL PRESUPUESTO PARA LAS VÍCTIMAS ESTÁ CRECIENDO – El terremoto mata de muchas maneras, aunque siempre cruel. En los últimos días han fallecido otras dos mujeres que se suman a las 26 víctimas contabilizadas hasta el momento. Ayer la historia más triste: murió Martina Aldi, de 38 años, con un trabajo en Acqua e Sapone y un bebé en camino. Tras el susto del 29 de mayo, en Finale Emilia, donde vivía con su pareja, el futuro de Martina cayó en el cráter del terremoto. Su corazón, sujeto a arritmias, no aguantó el estrés: tuvo un paro cardíaco, perdió a su bebé, entró en coma y murió ayer en el hospital de Baggiovara.
La muerte de una mujer de 64 años residente en la provincia de Módena y desplazada en Cervia, donde falleció en la noche del viernes al sábado a causa de una legionelosis, también es en parte atribuible al terremoto. Las autoridades sanitarias han ordenado la recuperación de los dos hoteles donde había dormido la mujer, pero solo como medida preventiva. De hecho, la legionella tiene una incubación que puede durar hasta diez días y no se sabe dónde ha contraído la infección el desafortunado sexagenario.