El viceprimer ministro y líder del pentastellato Luigi Di Maio hunde otra empresa con sus temerarias palabras: tras el caso Ilva, ayer estalló el caso Atlantia de la familia Benetton, que perdió 925 millones de capitalización bursátil en tres días.
Con los mercados aún abiertos, Di Maio reiteró su intención de revocar las concesiones de autopistas por el derrumbe del puente Morandi en Génova -cuyo proceso de averiguación de responsabilidades sigue en curso- y vaticinó que "cuando el Gobierno revoque las concesiones, las acciones de Atlantia pierde en la bolsa y la empresa se descocina”. Por eso Di Maio excluye que Atlantia pueda incorporarse a la nueva Alitalia porque de lo contrario, al estar "desescotada", también arrastraría hacia abajo a la nueva aerolínea.
Estas palabras debilitaron aún más la acción de Atlantia en Bolsa, que volvió a cerrar en negativo.
La respuesta de Atlantia a Di Maio es muy dura, quejándose de "graves daños reputacionales" y preparándose para "cualquier acción legal para proteger sus intereses, empleados, accionistas, bonistas y todos los interesados", incluida Cassa Depositi e Prestiti, que es una emanación de la Hacienda y fundaciones bancarias.
“Si las palabras de Di Maio –comentó el director general de Atlantia, Giovanni Castellucci– se hubieran dicho a sabiendas, también habría motivos para denunciarlo por perturbación del mercado, pero creo que lo hizo sin saberlo”.
Confindustria también intervino en el nuevo caso y apeló al primer ministro Giuseppe Conte diciendo que "no se puede gobernar con zozobra y resentimiento" y recordando también el precedente de Ilva en Tarento donde el Gobierno renegó de las garantías que había dado en el contrato de arrendamiento de la planta a Arcelor Mittal derogando la normativa sobre contaminación ambiental anterior.
Claramente avergonzado estaba el viceprimer ministro y líder de la Liga, Matteo Salvini, que intentó distanciarse de Di Maio ("Aquí están en juego empresas que dan miles de puestos de trabajo") pero ya el daño ya estaba hecho.