El miércoles 24 de junio el voto favorable del Parlamento Europeo con amplia mayoría, al día siguiente el ok formal también del Consejo de la UE. Así, en el corto lapso de veinticuatro horas, el nacimiento del EFSI, el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas, el instrumento financiero que salió del sombrero de Jean-Claude Juncker con el objetivo de dar un nuevo aliento a una economía que sigue marchando a paso lento en Europa tras siete años de crisis. Un instrumento que pretende movilizar para la inversión en Europa 315 millones de euros en tres años.
La eficacia aún está por demostrar, pero el visto bueno del Fondo respeta los tiempos anunciados a finales de noviembre pasado y reafirmados en varias ocasiones por el propio presidente de la Comisión Europea durante los próximos siete meses de gestación del proyecto. Que dará sus primeros pasos a principios del próximo mes de julio y que estará "en pleno funcionamiento" -aseguran en el Palazzo Berlaymont, sede del Ejecutivo europeo- a partir de septiembre.
"Europa está pasando página: el pasado ha quedado atrás, invertir es mirar hacia el futuro", fue el mensaje que Juncker dirigió el 27 de noviembre del año pasado "a todos los europeos y al resto del mundo" desde la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo. Donde -cuando se le preguntó dónde sería posible encontrar tal cantidad de dinero en una Unión Europea cuyo presupuesto anual corresponde a solo el uno por ciento de la suma de los presupuestos de los 28 estados miembros- respondió que la clave del éxito de el Feis hubiera sido la opción para sustituir las ayudas financieras por garantías, y que esto hubiera sido una fuente de atracción para inversores privados y públicos.
Explicación confirmada por el distinguido caballero que se sentaba a su lado, Werner Hoyer, presidente del Banco Europeo de Inversiones, la entidad de crédito a medio-largo plazo participada por las instituciones de la UE, que desde hace años goza del rating triple A de las agencias de crédito y que apoya a la Comisión Europea en este exigente desafío.
Le garantías que actuarán como motor de las inversiones son con cargo al presupuesto de la UE por 16 mil millones y por el BEI (el Banco Europeo de Inversiones) por otros 5 mil millones. En total 21 millones, suma que permitirá al BEI emitir bonos "por un monto total equivalente a tres veces el monto de las garantías y utilizar el dinero para cofinanciar proyectos junto con inversores privados", explican los de adentro. Quien agrega que “de esta manera cada euro de dinero público debería generar un total de 15 euros en inversión pública y privadaelevando así el monto total de inversiones que potencialmente podrían activarse durante un período de tres años a 315 mil millones.
Para facilitar la cobertura de estas garantías, la ley que acaba de aprobar el Parlamento Europeo y el Consejo (lo que en la legislación europea se denomina reglamento) prevé que, además de los 5 millones puestos a disposición por el BEI, los 16 millones pagados por el presupuesto europeo se tienen en cuenta de forma progresiva, a medida que llegan propuestas de inversión tanto de entidades públicas como privadas.
Si las previsiones de la Comisión y el BEI se confirman con la realidad, gran parte del Fondo (en concreto, 240 millones) se destinará a inversiones en los sectores de redes digitales, energía y transporte. Mientras que los 75 millones restantes (siempre suponiendo que se alcance el techo de 315 millones) se destinarán a las pequeñas y medianas empresas.
“Que en toda la Unión Europea representan el 99% de las empresas y dos tercios del total de empleados”, subraya el eurodiputado portugués José Manuele Fernandes, del Partido Popular Europeo, uno de los ponentes de la ley de creación del Fondo. Esto significa, en opinión del presidente de la comisión de asuntos económicos del Parlamento Europeo, el italiano Roberto Gualtieri, del grupo socialistas y demócratas, que “el plan Juncker podrá contribuir de manera efectiva a la recuperación económica de la Unión Europea”.
La ley por la que se crea el Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas, como la mayoría de los reglamentos y directivas de la UE, fue aprobada por la Asamblea de Estrasburgo por amplia mayoría: en concreto, hubo 464 votos a favor, contra 131, 19 abstenciones. consiguió "llevar al campo" algunas mejoras no irrelevantes de la dotación: la reducción de los recortes relativos al programa de investigación e innovación Horizonte 2020, la recuperación de mil millones de los presupuestos de 2014 y 2015, y la atribución al mismo Parlamento de el derecho a nombrar al director general y al director general adjunto de la FEIS.