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Demografía: en 2021 Italia hacia un registro negativo de nacimientos

Tras el pico de mortalidad de 2020, este año el efecto de la pandemia se sentirá con especial fuerza en la tasa de natalidad - En los próximos 30 años, la población activa corre el riesgo de colapsar un 20 %

Demografía: en 2021 Italia hacia un registro negativo de nacimientos

Italia es uno de los países más antiguos del mundo y, con Covid, la crisis demografica sigue empeorando. El año pasado el balance natural de la población fue negativo en 342 unidades: esta es la peor cifra desde 1918, año de la epidemia "española". Y si 2020 registró la mayor mortalidad de las últimas décadas, 2021 marcará un récord negativo en cuanto a la natalidad: de hecho se estima que este año será el primero con menos de 400 recién nacidos (probablemente nos detengamos en torno a los 390). Los números están contenidos en el informe de 2021. Think Tank “Bienestar, Italia”, creado por Unipol en colaboración con la casa europea Ambrosetti y presentado el martes en Roma.

Italia es también el país europeo con la mayor incidencia son los mayores de 65 años sobre el total de la población: 23,2%, frente al 20,6% de la media de la UE (datos referidos a 2020). En el mundo, solo nos supera Japón, con un 28,4%. Además, la tasa de dependencia de la vejez, es decir, la relación entre la población de 65 años o más y la población en edad de trabajar (entre 15 y 64 años), equivale al 36,4% en Italia. También en este caso se trata de un récord europeo: la media comunitaria se sitúa en el 32%. Esta estadística aparentemente oscura esconde un significado alarmante: "En Italia - dice el informe - por cada persona mayor hay sólo 2,7 trabajadores que cotizan frente a una media europea de 3,1".

Dos factores determinan el envejecimiento de la población:

  1. el aumento de la esperanza de vida, que en 2019 había alcanzado los 83,7 años en Italia (frente a los 83,4 de 2018), el segundo valor más alto de la Unión tras España (84 años);
  2. la baja tasa de fertilidad. En este frente, nuestro país ocupa el penúltimo puesto en la UE, con 1,27 nacimientos por mujer frente a los 1,53 de media comunitaria (en Francia es de 1,86).

“Lo de la tasa de natalidad cada vez más baja es probablemente la cifra demográfica más alarmante para nuestro país -continúa el informe- también porque hay que verlo en un proceso de constante decrecimiento que comenzó hace más de 50 años. Después del auge de más de un millón de nacimientos en 1965 (cuando la población era de 51,9 millones), los nacimientos disminuyeron gradualmente hasta llegar a 404 en 2020 (frente a una población de 59,6 millones), el número más bajo desde la unificación de Italia”. Y este año, como hemos visto, será aún peor.

Todo esto tiene consecuencias dramáticas para las perspectivas del país. Según proyecciones de Ambrosetti basadas en datos de Eurostat, las personas en edad de trabajar disminuirán en 1,9 millones en 2030 (-5%) y en 7,6 millones en 2050 (-19%), situándose en torno a los 31,2 millones, con efectos negativos en la capacidad productiva del país. Del Documento Económico Financiero de 2021 se deduce en cambio que en 2070, frente a una posible disminución de la población de unos 5,9 millones de habitantes, la relación deuda/PIB se asentará en torno al 151%. No habrá, por tanto, una mejora estructural respecto a la actual (en 2020 la cifra fue del 155,8%).

“Durante demasiado tiempo hemos considerado separadamente el problema demográfico y el del trabajo de la mujer – comenta Elena Bonetti, Ministra de Igualdad de Oportunidades y Familia – La igualdad de género y la inclusión de la mujer tienen mucho que ver con la natalidad. Por lo tanto, debemos conectar los dos temas. Con la Ley de Familia, que se votó en la Cámara la semana pasada, hemos dado un paso importante en esta dirección. La inversión en bienestar no solo puede ser protectora: también debe ser proactiva. Los 4,6 millones que destinamos a las escuelas infantiles serán fundamentales, porque también abrirán nuevos espacios para el trabajo de las mujeres. Con la maniobra destinamos entonces 50 millones al año a un fondo que premia a las mejores empresas en términos de productividad y empleo femenino. Y de nuevo, introducimos la desgravación fiscal para que las mujeres se reincorporen al trabajo tras la baja por maternidad. Finalmente, está el cheque único universal, al que destinamos 20 millones al año”.

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