El estatus del lujo en todas sus formas aparece como un modelo que ya no es sostenible y en consecuencia lo que marca la diferencia es algo que tiene un poco más de historia. Una pieza "historizada", si queremos usar un término que se refiere al arte y que identifica un determinado período de tiempo y un cierto valor, trae consigo una experiencia vivida que contribuye a su preciosismo. El estilo “vintage” está omnipresente, según los grandes puristas, se aplica aquí a la ropa confeccionada en la segunda mitad del siglo XX, mientras que para los accesorios también se puede considerar la primera mitad, por ejemplo para los relojes. A partir de ahora la definición de vintage ya no se limitará al sinónimo de lo "viejo" sino a algo usado pero que tiene una historia, ya sea de la marca o de la persona que lo lució. Las ofertas en el mercado ven el nacimiento de numerosas empresas que se ocupan de examinar y volver a poner en el mercado coches usados de particulares, como por ejemplo Vestiare Collective, Collector Square, Vinted, mientras que para relojes un ejemplo es Chrono24, pero están surgiendo otros que son más especializados y también se especializan en piezas con menos marca, pero que aún son de gran interés para una audiencia dispuesta a gastar de una manera más sostenible.
Hoy la gente prefiere realizar compras significativas. Por eso lo vintage es una inversión duradera porque representa un pedazo de historia, una pieza única diseñada para durar. Con las nuevas generaciones y los diferentes estilos de vida parece que ha llegado el momento de mostrar a todos lo bonito que es dar una segunda, incluso una tercera vida, a las cosas viejas, que muchas veces son las más bonitas. Lo vintage tiene una noción de atemporalidad que fascina, un encanto lleno de emociones. Cuando vamos a buscar una pieza nos enamoramos y sabemos que detrás de esa pieza de tela hay una historia, una experiencia.
Las marcas de lujo interpretan lo vintage como una forma de conectar con las generaciones más jóvenes
Incluso las casas más famosas desempolvan los archivos, proponiendo reinterpretaciones - con un poco de romanticismo - con réplicas que recuerdan la nostalgia de los años 60, 70, 80 y creando así una comunidad más amplia de entusiastas en torno a la marca para garantizar una vida más larga. Si bien será cada vez más importante intentar tener éxito con la generación Z, lo será aún más ecologistas de del milenio ya que desean crear un impacto positivo en la vida de las personas, dejando así una huella innovadora en el mundo.
Fenómeno sociológico del retorno a la autenticidad
Entonces, ¿qué es esta ola de nuevos consumidores que evitan las marcas famosas y buscan en el "vestidor" del pasado cómo vestirse? Un fenómeno que se presenta como una vuelta a los valores de un pasado aplastado por el rápido consumo y la masificación de la producción. En una época en la que el aire es pesado y el clima ecológico induce a la ansiedad, echamos de menos la belleza del pasado, un saber hacer que te hace sentir bien. Aquí gana la búsqueda de productos hechos a mano y con garantía de calidad. Al mismo tiempo, a pesar del éxito económico de las empresas de moda rápida, las etiquetas "made in China" son rechazadas porque, además de contaminar el producto elaborado con mano de obra barata, puede perturbar gravemente el respeto de la dignidad humana.
Lo vintage puede reducir el impacto medioambiental de la industria de la moda
Los tiempos están cambiando, quizás en detrimento de los valores del pasado. Sin embargo, esta conciencia genera una nueva forma de consumo y un poderoso acto de conservación ambiental. Una forma de contribuir directamente a la reducción del desperdicio textil, uno de los aspectos más difíciles de la sostenibilidad de la moda. Además, al disminuir la demanda de producción de ropa nueva, la compra de ropa vintage ayuda a reducir el consumo general de agua y energía de la industria, fortaleciendo posteriormente su papel en la lucha contra la degradación ambiental. Con aplicaciones digitales que fomenten la reventa y la segunda mano, en el futuro ya no será necesario buscar productos vintage en mercadillos o cotizadas salas de subastas. Todo será a prueba de clics. Y las ofertas no dejarán de satisfacer el nuevo modo de vida que está surgiendo.