Tito Boeri no va a terminar acusado por sus estimaciones de los 8 puestos de trabajo que el Decreto de la Dignidad corre el riesgo de arruinar por el endurecimiento de los contratos y contraataca diciendo abiertamente que el Viceprimer Ministro y Ministro de Trabajo, Luigi Di Maio "está fuera de la realidad". Ayer Boeri fue un diluvio en la audiencia de las Comisiones de Hacienda y Trabajo de la Cámara y desató la ira del primer ministro Giuseppe Conte quien dijo estar "fuertemente irritado" por las palabras "inaceptables e inapropiadas" del presidente del INPS. Las reacciones de los viceprimeros ministros Matteo Salvini y Luigi Di Maio también son duras.
Pero, ¿qué dijo Boeri para desatar el infierno? En primer lugar declaró -desmintiendo a Di Maio- que el documento del INPS con las estimaciones de la pérdida de 8 empleos había sido enviado a principios de julio, es decir, antes de que naciera el Decreto de Dignidad, y que alcanzaba al menos para hojear para comprender los contenidos.
Luego argumentó que la estimación de 8 plazas menos es incluso optimista y que las plazas en riesgo podrían ser muchas más e incluso llegar a las 140. “Afirmar que los informes técnicos -añadió Boeri- expresan un juicio político significa perder cada vez más el contacto con la corteza terrestre y colocarse en órbitas alejadas del planeta: es un ejercicio muy peligroso porque tarde o temprano hay que explicarle a ciudadanos cuáles son las limitaciones del mundo real.
Reacciones críticas inmediatas no solo de Conte sino también de Salvini y Di Maio pero Boeri no se rinde y no tiene intención de dimitir: "No tomo en consideración -le dijo a Salvini- las solicitudes de dimisión en línea y las amenazas de quien debe presidir mi seguridad personal. El Ejecutivo que me nominó nunca me ha pedido que jure su programa: el mismo respeto pido para este Ejecutivo”.
Ahora que va a pasar? Boeri dijo claramente que se iría solo si se lo pedían "en los marcos institucionales apropiados". Veremos en las próximas horas.