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Decreto relanzamiento, ¿puede una percha sacarnos de la crisis?

El enciclopédico Decreto de Relanzamiento, si bien amplía la liquidez de las empresas y los hogares, se asemeja a una percha donde cada ministerio ha colgado lo que le ha gustado y que resulta misterioso para la mayoría - Sería en cambio el momento de repensar la intervención pública en la economía y sobre todo de relanzar la política industrial pospandemia con herramientas institucionales adecuadas

Decreto relanzamiento, ¿puede una percha sacarnos de la crisis?

El juicio final sobre decreto para el relanzamiento de la economía habrá que esperar a que el texto sea aprobado por el Parlamento, siempre que el Gobierno no lo emita inmediatamente la cuestión de la confianza. Sin embargo, queda el juicio positivo por haber preparado, con nuevo endeudamiento público, la ampliación de liquidez para las necesidades inmediatas de apoyo a familias y empresas.

Lo cierto es que la primera mirada al texto enciclopédico de la disposición recuerda lo que escribió Amilcare Puviani en 1903 (profesor de ciencias financieras en la universidad italiana) en el texto olvidado en Italia (pero traducido al alemán en 1960) del teoría de la ilusión financiera:: “Y así el presupuesto dice tanto o tan poco como quieras. Sigue siendo una esfinge impenetrable para las amplias masas de la Cámara, para aquellas masas que votan por las leyes, que votan por los gastos, que votan por los ingresos. La verdadera situación de las cuentas se esconde en un recóndito copón, que es penetrado por el ojo de un reducido número de hombres muy expertos: casi siempre los grandes sacerdotes…, que regatean el poder y que, por lo tanto, también en sus disputas están sujetos a la mayor reserva” (pp. 92-93, ed. Isedi).

La segunda mirada a la disposición enciclopédica, un verdadero perchero cada ministerio colgaba lo que mas le gustaba por el momento, nos hace dudar si incluso los "sumos sacerdotes" son capaces de penetrar en sus significados más ocultos para la redacción de los reglamentos de aplicación.

Para satisfacer la demanda correcta para eliminar las restricciones impuestas por la burocracia omnipresente; para contener el poder de los "sumos sacerdotes"; evitar que esto se traduzca en la ausencia de cualquier acción programática para el futuro de la gobernanza de la economía; para remediar la documentada falta de coordinación entre los distintos ministros, cada uno de los cuales ha contribuido a la proliferación de los más diversos comités de expertos, El Parlamento podría intervenir hoy.

Este debería ser el caso, durante el próximo examen del decreto, de algunas medidas adoptadas por los gobiernos de posguerra para la reconstrucción de la economía italiana de la época, cuyo espíritu a menudo es recordado por muchos también para la futura reconstrucción de la Economía italiana colocada en grave crisis recesiva por la pandemia. Fue el Gobierno de Ferruccio Parri (coalición DC, PCI, Psiup, Pli , PdA, PdL) que, por Decreto Legislativo n° 12 de 1945 de julio de 432, instituyó el CIR-Comité Interministerial para la Reconstrucción con la tarea fundamental (art.3) de coordinar la gestión económica ministerios y aprobar planes plurianuales para la coordinación de las intervenciones públicas para el desarrollo de la economía y en particular la del sur.

El CIR se mantuvo vivo por los sucesivos gobiernos liderados por DC, hasta 1967 cuando fue absorbido por el Cipe – Comité interministerial de planificación económica – que a su vez fue debilitado en la DIPE en 2006. 

En resumen, para evitar que la incertidumbre del futuro permanezca política de perchas, y los consiguientes poderes de los "sumos sacerdotes", es necesario repensar un papel activo de la intervención pública en la economía, con especial atención a la política industrial de la que se ha perdido la memoria en deferencia a la supuesta idoneidad del mercado únicamente para guiar las decisiones empresariales. A tal efecto, se podrá constituir el Comité Interministerial para la reconstrucción económica pospandemia. la herramienta institucional más adecuada para reemplazar la cacofonía de los más dispares comités que aún asisten a la fragmentada acción gubernamental de la economía.   

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