A pocas horas de la enésima confianza recibida en Montecitorio, el Consejo de Ministros aprobó el proyecto de ley de estabilidad y el Informe de Estado, rechazados hace apenas tres días por la Cámara. Aurelio Misiti y Catia Polidori también fueron designados viceministros, mientras que Giuseppe Galati y Guido Viceconte fueron elegidos como subsecretarios del Interior. El último borrador del proyecto de ley prevé una reducción de créditos igual a 60 millones para la Policía y Carabinieri en el bienio 2012-2013 y otros 60 millones de recortes al Ministerio de Cultura.
Otros dos millones provendrán de la reducción por gastos de alimentación de Carabinieri y Guardia di Finanza. La mitad de los ingresos adicionales recaudados de la subasta de frecuencias 4G (1,6 millones) se distribuirán entre los ministerios, dando prioridad a seguridad y defensa, para compensar a los ministerios por los recortes de gastos. En cambio, la otra mitad irá al fondo de amortización de bonos del gobierno. Así lo anunció el ministro de Defensa, Ignazio La Russa. Hasta ahora se había dicho que la mitad de los recursos extra irían a Desarrollo Económico, que los invertiría en el sector de las telecomunicaciones, en particular en banda ancha.
El cambio de destino enfureció a Paolo Romani. Giancarlo Galán y Stefania Prestigiacomo, titulares de Patrimonio Cultural y Medio Ambiente, también están en pie de guerra por los cortes lineales. En cuanto al decreto de desarrollo, el primer ministro anunció que llegará a la Cámara "la próxima semana". A quienes le preguntaron si la provisión será realmente "sin costo", como lo solicitó Giulio Tremonti, el Cavaliere evitó responder, permitiéndose elogios para el ministro, "justamente preocupado, como es su deber, con el presupuesto del Estado".
Por otro lado, “es gracias a su política que tenemos las cuentas presupuestarias en orden. De hecho, tenemos un déficit más bajo que otros países europeos importantes como Francia e Inglaterra”. Tras la conclusión del Consejo de Ministros, el Primer Ministro Silvio Berlusconi acudió al Quirinale para reunirse con el jefe de Estado, Giorgio Napolitano. Por la mañana, el Caballero había hablado de una reunión "ya programada" en la que también se abordaría el tema del Banco de Italia.
