Si un buen día comienza por la mañana, 2014 corre el grave riesgo de no ser un año de suerte para los protagonistas de la política italiana e internacional. Sí, porque después del exsecretario del Partido Demócrata Pier Luigi Bersani, golpeada ayer por una hemorragia cerebral y operada de inmediato en el hospital Maggiore de Parma, la canciller alemana, Angela Merkel, también sufrió un grave percance en los primeros días del año.
Al igual que otro de los alemanes más famosos del mundo, Michael Schumacher, el canciller supuestamente se cayó mientras esquiaba. Las consecuencias reportadas por Merkel, afortunadamente, no fueron, sin embargo, particularmente graves: la caída le habría causado una lesión, o más bien una leve fractura, en el lado izquierdo de la espalda.
Los médicos le aconsejaron -como anunció el portavoz del gobierno Steffen Seibert- tres semanas de descanso. La canciller, que deberá pasar el mayor tiempo posible tumbada en la cama, seguirá cumpliendo sus funciones como jefa de Gobierno y presidirá el próximo gabinete.
