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Agricultura: el glifosato también prohibido en las Marcas

Aprobada una ley autonómica para evitar que agricultores y empresas utilicen la sustancia con posibles efectos cancerígenos - Las administraciones locales siguen moviéndose en orden aleatorio y el Gobierno se retrasa

Agricultura: el glifosato también prohibido en las Marcas

Como bolos, una tras otra las autorizaciones para utilizar el glifosato en agricultura. El potente producto fitosanitario, considerado cancerígeno por los ecologistas, está en el centro de un complejo asunto judicial internacional y en Italia hay muchas prohibiciones sobre su uso. La última administración en orden cronológico fue la Región de Las Marcas, que aprobó definitivamente una ley regional para evitar que agricultores y empresas utilicen el plaguicida en zonas cercanas a fuentes de agua potable.

Fue allí que abrió el frente opuesto Toscana con una disposición que a partir de 2021 prohíbe el cultivo de tierras con glifosato. Una elección hecha cuando Bayer (el mayor productor del mundo) todavía defendía el plaguicida ante las autoridades judiciales europeas y americanas. Además, el gigante industrial nunca ha admitido que los productos agrícolas cultivados con glifosato puedan causar daños a la salud.

Las Regiones actúan de forma autónoma en un frente muy delicado, que mueve intereses económicos globales. Mientras tanto, el gobierno es cuestionado por los retrasos en la transposición de la directiva europea sobre pesticidas.

"Nuestra ley - dijo el presidente de la Comisión de Medio Ambiente de Marches, Andrea Biancani - prevé la implementación por parte del Estado de la Directiva comunitaria sobre cuestiones fitosanitarias, en espera de la definición de una lista detallada de sustancias nocivas prohibidas".

Para la Unión Europea, hace poco más de dos años y medio, Bruselas tomó la controvertida decisión de renovar la autorización del herbicida más extendido en el mundo. El permiso vencerá en 2022 y la licitación continental podría comenzar a partir de esa fecha. Los países, sin embargo, se mueven sin un orden en particular: tras el replanteamiento de Austria, Luxemburgo será el primer estado de la UE en prohibir el uso del herbicida ya en 2021. Una decisión que se anticipó a las de Francia y Alemania. Italia corre el riesgo de llegar desprevenida a la cita de 2022, con un plan nacional aún en fase de consulta que no aborda el tema.

Mientras tanto Bayer – que comercializa Roundup, es decir, el herbicida-glifosato más conocido – está a punto de cerrar con acuerdo, la mitad de las 125 demandas llamó por los presuntos daños a la salud y al medio ambiente causados ​​por el glifosato. Una compensación multimillonaria tras la adquisición por parte de la multinacional alemana de la estadounidense Monsanto, productor de Roundup.

La noticia circuló la semana pasada en los círculos financieros europeos, provocando que las acciones de Bayer subieran un 8,45% sobre el Dax alemán. De hecho, hasta que no haya la última palabra -entre opiniones científicas, sentencias, batallas políticas-, la empresa no dejará de comercializar productos a base de glifosato, que generan una facturación estimada de 5 millones de dólares al año. Algo muy superior a la solitaria batalla de las Regiones Italianas.

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