En vísperas de la cumbre europea, Angela Merkel habla ante los parlamentarios del Bundestag. El tema es la crisis económica en la zona del euro, y la forma en que la canciller alemana pretende afrontarla. “No hay una solución rápida y fácil. No existe una fórmula mágica”, advirtió Merkel, para luego afirmar que se necesitan intervenciones duraderas sobre las raíces de los problemas, que vayan a tocar la arquitectura de la moneda única y sobre todo reduciendo las deudas públicas.
La salvación de la Eurozona pasa por sostener, según Merkel, reformas estructurales que fortalecen la economía y la competitividad, "y no parpadea en la sartén", también porque “El poder económico de Alemania no es infinito” y ponerlo a prueba podría ser arriesgado.
A continuación, la canciller alemana volvió a abordar el tema de los eurobonos, definido, según informa Dow Jones, “Contraproducente y económicamente erróneo”. Una vez más, por tanto, se ha reiterado su claro rechazo a la deuda pública europea.
La comisión presupuestaria alemana también ha aprobado ya el tratado sobre el MEDE, el fondo de rescate estatal europeo permanente, y sobre el pacto fiscal, que, con toda probabilidad, debería ser ratificado por la asamblea al final de la semana,
