A pesar de los primeros y tímidos signos de recuperación económica, las quiebras parecen no querer disminuir. En Italia hay alrededor de 126 empresas que actualmente tienen procedimientos de insolvencia en curso entre concursos de acreedores y convenios preventivos. Restringiendo el campo a fallas solamente, en el primer semestre de 2013 se registraron aproximadamente 6.500 nuevos concursos de acreedores, superior al año anterior en un +5,9%.
A medida que aumentan las quiebras, incluso las empresas históricas luchan por resistir. Debido a la crisis, según cálculos y estimaciones de la Oficina de Estudios de la Cámara de Comercio de Monza y Brianza, entre 2008 y 2012 cerraron unas 9 empresas históricas con más de 50 años de actividad. Se trata de 1 de cada 4 empresas históricas. Antes de 2008, entre las empresas con más de 50 años de actividad, la misma cifra se detenía en 1 de cada 5.
A nivel territorial, hay una variación más evidente de nuevas quiebras en Toscana (+33,8% respecto al año pasado), Calabria (+31%) y Trentino Alto Adige (+26,9%).
Lazio y Toscana reportan la cifra más alta de nuevas quiebras en relación al número de empresas activas (en ambas regiones 1,5 empresas de cada 1000 iniciaron procedimientos de quiebra en los primeros seis meses de 2013). Entre las regiones italianas, el porcentaje de empresas históricas que dejaron de operar entre 2008 y 2012 aumenta en Calabria y supera la mitad de las empresas históricas (53%, unas 250 empresas), así como en Puglia (47,6% unas 300 empresas). En Lombardía, 1 empresa histórica de cada 3 ha cesado su actividad en estos años de crisis (más de 4200 empresas).
