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Covid y delincuencia: "No bajes la guardia"

En un debate a varias voces en el V Máster Anticorrupción de la Universidad Tor Vergata de Roma, el Fiscal Nacional Antimafia y Antiterrorismo, Federico Cafiero de Raho, volvió a denunciar los peligros de la infiltración mafiosa en las actividades económicas y en la Administración Pública debilitada por la pandemia y apeló a la necesidad de estar en guardia - Las intervenciones de Perrazzelli, Nava, Barbagallo. Angelosanto, Burelli, Allocca y Di Carlo

Covid y delincuencia: "No bajes la guardia"

El objetivo de alcanzar una nueva normalidad en las estructuras económicas y empresariales generales en un plazo razonablemente breve, especialmente tras la marcada crisis económica desencadenada por la pandemia del Covid '19, ciertamente no puede hacernos olvidar las necesidades urgentes de este período de transición. Necesidades, que se resumen en el principio de no bajar la guardia por parte de los resguardos de la legalidad frente al delito económico, dispuestos a aprovechar las oportunidades que brindan las nuevas vulnerabilidades de la administración pública, las empresas y las personas naturales que desempeñan funciones y funciones de impacto significativo.

Este es probablemente el mensaje principal que surgió de una discusión entre muchas voces, que tuvo lugar al final de la XNUMXª edición de la Maestría Anticorrupción de segundo nivel en la Universidad Tor Vergata en Roma.

los reflejos de Fiscal Nacional Antimafia y Contra el Terrorismo, Federico Cafiero de Raho, nos han dado la imagen de “organizaciones mafiosas tan hábiles en captar los signos de colapso económico en los diversos sectores productivos y de servicios para insertarse rápidamente; cómo experto en utilizar el instrumento de la corrupción en el sector de la Administración Pública, aprovechando los aspectos de opacidad procesal y torpeza organizativa que no pocas veces lo caracterizan”.

El desarrollo y perfeccionamiento de herramientas de análisis de flujos financieros, en particular el SOS – Reporte de Transacciones Sospechosas, constituyen el antídoto para enfrentar y contrastar adecuadamente los ataques de la delincuencia en los circuitos económicos. En este contexto, en el camino más amplio de apoyo a la economía, para la Fiscalía Nacional, las garantías de legalidad deben prestar atención específica a la aplicación de los frutos de la innovación tecnológica aplicada al sector financiero, siempre con miras a "evitar la infiltración de las mafias en la economía legal, la adquisición de actividades económicas en crisis, el consenso y la contratación social”.

Desde la voz de la justicia ordinaria hasta aquella, por así decirlo, de carácter económico, representada por la Director Adjunto del Banco de Italia Alessandra Perrazzelli, quien, al perfilar los nuevos escenarios de las finanzas del futuro cercano y los riesgos asociados, llamó firmemente la atención “sobre la importancia del valor expresado por la información” y sobre la necesidad de un mayor conocimiento y conciencia de los riesgos inherentes a nuestras operaciones digitales. En esta perspectiva, según una línea de pensamiento que el propio Banco de Italia viene impulsando desde hace algún tiempo en Italia, "la educación financiera responde a la necesidad específica de educación digital, para concienciar a las personas de que la facilidad de una Central profunda en uno teléfono inteligente tiene un costo en cuanto a un menor política de privacidad y que los datos personales son bienes dignos de protección.”

El aspecto cualitativo de la acción económica que se encuentra en las palabras de Mario Nava, Director General de la Dirección de "Apoyo a las Reformas Estructurales" de la Comisión Europea, énfasis adecuado. De hecho, "la capacidad de recuperación de Europa y de los Estados individuales depende de cómo se gastarán los fondos puestos a disposición a nivel nacional, papel fundamental que corresponde a las administraciones públicas". Por eso es importante el papel de la Comisión en el apoyo a los Estados miembros y, en particular, el apoyo técnico a las reformas que puede resultar "una poderosa herramienta para proporcionar la experiencia necesaria para aumentar la capacidad administrativa y reformar la administración pública".

Para completar el abanico de voces institucionales que intervienen en este debate sobre el escenario de una nueva normalidad, en el que se entrelazan los aspectos éticos con los técnico-económicos, se contaron con los aportes brindados por Carmelo Barbagallo, Presidente de la Autoridad de Supervisión e Información Financiera del Estado Vaticano (ASIF) y por Pasquale Angelosanto, Comandante del Grupo de Operaciones Especiales de los Carabinieri.

Para Barbagallo, quien dijo que el Vaticano ya hace tiempo que decidió dotarse de estructuras de control y reglas dignas de las mejores prácticas internacionales, "el establecimiento de la Autoridad de Control y la decisión de participar en los dos circuitos internacionales Moneyval y Egmont representan dos etapas significativas de este importante viaje”. Una orientación, que parte del convencimiento de que “ajustarse a los principios éticos ayuda a los ordenamientos jurídicos nacionales a afrontar los riesgos de la llamada nueva normalidad y, antes, los de la transición hacia ella. En un periodo en el que, para contrarrestar el aumento de la pobreza y volver a poner en marcha el motor de la recuperación económica, el apoyo financiero de los Estados incrementa considerablemente la liquidez en circulación y, al mismo tiempo, se podrían bajar las defensas frente a los potenciales riesgos de corrupción y lavado de dinero, la tensión ética debe permanecer al máximo”.

Por su parte Angelosanto, a partir de su propia experiencia en el combate a la delincuencia en sus diversas formas, adquirida en el campo, afirmó que "es necesario actuar en el plano de la gobernabilidad, intervenir en el campo de las reglas de buen funcionamiento en quienes manejan los asuntos públicos para obtener la membresía real que es indispensable para el funcionamiento de la maquinaria administrativa del Estado”. En efecto, “la ética no puede reducirse a un conjunto de preceptos normativos; es algo que va más allá, aunando en sí mismo el sentido de servicio a la comunidad y el interés de los demás”.

En cuanto a la voz de las empresas Massimiliano Burelli, Administrador Delegado de Aceros Especiales de Terni, partiendo de la consideración de que “en la nueva normalidad más desmaterializada, la gobernanza juega un papel cada vez más importante y deberá tener en cuenta escenarios amplificados de fraude informático y suplantación de identidad cada vez más fácil”, esbozó orientaciones para las medidas de mitigación del riesgo: “mayor inversiones en el frente de la seguridad tecnológica y fortalecimiento de los procesos internos en el cruce de datos e información preventiva de las contrapartes comerciales, ampliando, también a través de la capacitación, la sensibilidad de las organizaciones en estos temas”.

Le hizo eco Nicola Allocca, Directora de Cumplimiento de Riesgos y Continuidad de Negocio de Autostrade per l'Italia, quien perentoriamente afirmó: "es necesario iniciar una revolución de la gobernanza que determine una evolución cultural, nuevas funciones y roles de la empresa, diferentes equilibrios gerenciales y mayores objetivos de resultados". En esta perspectiva, es necesario “abandonar la lógica de la maximización y refundar la filosofía empresarial de optimizar la rentabilidad… la rentabilidad debe estar garantizada por un sistema de control interno adecuado, operativo, eficaz y limitado dentro de principios éticos y de sostenibilidad”. De ello se deduce que descuidar el sistema de control interno es verdaderamente absurdo: "¡no invertir en el sistema de control interno es como detener el reloj para ahorrar tiempo!".

Y finalmente, una luz de esperanza se ha encendido en sus conclusiones desde Director de la Maestro Emiliano di Carlo, para lo cual se debe buscar una lectura positiva alternativa de la crisis pandémica. “De hecho, Covid puede inspirar una economía más virtuosa. Para ello, el gobierno corporativo debe orientarse a promover el bien común de los stakeholders y de la comunidad en general… El Covid ha dejado claro cuánto depende el bien del individuo del interés de la comunidad y viceversa”.

Una vez más, por tanto, la combinación de ética y economía aparece, incluso en las nuevas articulaciones y en la perspectiva pospandemia, ¡verdaderamente indisoluble!

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