Si los italianos, según las imágenes difundidas el pasado fin de semana de aglomeraciones en los paseos marítimos y en el centro de las ciudades, os parecen revoltosos, nuestros vecinos franceses no lo son menos. Y en este caso, además de las imágenes, también están los datos: dado que en Francia está en marcha un verdadero segundo confinamiento (por lo que es más fácil caer en alguna transgresión), según una encuesta realizada por Ifop, más del 60% de los ciudadanos han incumplido oficialmente las prohibiciones, en su mayoría por no respetar los motivos permitidos en las autocertificaciones o por invitar a familiares o amigos a sus hogares. Ellos mismos lo admitieron, obviamente de forma anónima, al responder a la encuesta que comenzó el pasado 30 de octubre, cuando el presidente Emmanuel Macron decidió el segundo confinamiento. Que aparentemente es (mucho) menos respetado que el primero: en Francia como un poco en todas partes en Europa hay una sensación de que el nivel de disciplina ha bajado en comparación con la primavera pasada, cuando el virus era evidentemente más aterrador.
Sin embargo, los números muestran que, en realidad, el Covid-19 todavía hace mucho daño y sigue siendo muy contagioso. El caso de Francia es emblemático: respecto a abril, el porcentaje de infractores ha subido un 27%. Estas son las principales razones de la indisciplina.: autocertificaciones con motivos distintos a los admitidos (24 %), paseos de más de una hora (17 %), invitar a amigos o familiares a casa (23 %), encontrarse con amigos en otros lugares (20 %), encontrarse con un compañero no conviviente (9%). Sin embargo, según Ifop, la pandemia no está dejando de hundir la moral de los franceses: hace un año solo el 16% de los entrevistados se mostraba pesimista, hoy el 28%, casi el doble. Más de la mitad de los encuestados, el 52%, admitió sentirse triste durante este tiempo.
