Alarma de hambre por la emergencia del coronavirus para cientos de tigres, leones, hipopótamos, elefantes, caballos y camellos que quedaron sin sustento por el bloqueo forzoso de movimientos y espectáculos circenses. Así lo anunció Coldiretti, que se movilizó con la adopción por parte de los agricultores que llevaron raciones de alimentos de emergencia desde leche hasta verduras, desde carne hasta frutas, pero también heno y paja en toda la península, desde Friuli hasta Sicilia.
Solo en Sicilia hay 6 realidades en dificultad por las que se activó el plan Marshall de alimentos de los agricultores: el exótico Circo Acuático en Mazara del Vallo, Sandra Orfei en Caltanissetta, Happy Circus en Castelvetrano, Circo Lamar en Caltagirone, Circo Torres en Campobello di Licata y Darix Martini en Santa Teresa Riva. En la última semana se han donado toneladas de heno y carne y toneladas de productos diversos como piensos, leche, huevos, verduras para alimentar a los animales. También se llevaron paquetes de ayuda alimentaria con restos de frutas y verduras a los circos bloqueados en Friuli en Latisana y en Toscana en Arezzo.
Bajo los toldos de las caravanas italianas -explica Coldiretti sobre datos del Censis- hay tigres, leones, camellos, elefantes, hipopótamos, caballos, burros, perros, avestruces, jirafas, rinocerontes y cebras. En toda Italia hay al menos 70 realidades activas que continúan una tradición centenaria - explica Coldiretti - con el manejo de casi dos mil animales que deben ser atendidos todos los días. La situación del mundo del entretenimiento itinerante, que ya no prospera desde hace años, se ha vuelto dramática con la emergencia del coronavirus por la imposibilidad de trabajar, con la pérdida de cualquier tipo de ingresos pero con la necesidad de seguir asumiendo la mayor parte de los gastos ordinarios de gestión, incluidos los de animales que cuestan más de 2,7 millones de euros al año solo en alimentación.
Llevar alimento a los animales del circo - concluye Coldiretti - significa ayudar a las familias de los artistas circenses que viven y trabajan con esos mismos animales gracias a espectáculos que entretienen cada año y brindan momentos de serenidad a más de un millón de personas entre adultos y niños.
