Perdone a un gerente en prisión por corrupción porque nadie mejor que él podría manejar y, con suerte, resolver la crisis de los semiconductores que amenaza con poner de rodillas a su empresa. Realmente está pasando en Corea del Sur, y la empresa en cuestión no es una de tantas sino Samsung, el buque insignia del país asiático, del que depende gran parte de su plantilla, su economía y su posicionamiento internacional. No es casualidad que la indiscreción saliera en la víspera de la visita del presidente coreano Moon Jae-in a Washington, donde se reunirá con su homólogo estadounidense Joe Biden el viernes 21 de mayo. De hecho, la Casa Blanca hablará también y sobre todo de tecnología y de la conocida crisis de los microchips, que hoy son un recurso cada vez más estratégico, hasta el punto de definirse como el “petróleo del siglo XXI”. En este frente, Estados Unidos (y en parte también Europa, con un papel importante del grupo ítalo-francés Stmicroelectronics) lanzan desde hace tiempo un desafío abierto a la supremacía asiática.
Hoy la materia prima básica de la industria en la era electrónica (empezando por el coche eléctrico) se produce en Extremo Oriente, bajo el control de dos grandes nombres, la taiwanesa Tmsc y precisamente la coreana Samsung, así como varias empresas chinas (China tiene el 15 %, mientras que EE. UU. ha bajado al 12 % y Europa al 8 %). En marzo, sin embargo, la estadounidense Intel decidió invertir la belleza de 20 mil millones de dólares para poner en marcha dos nuevas fábricas de chips en Estados Unidos. Este movimiento claramente preocupa a Samsung, que es el grupo tecnológico más grande del planeta y reúne a 70 empresas de tecnología. Por esta razón, el mundo industrial y financiero de Corea ha pedido abiertamente al presidente Moon Jae-in que encuentre una manera de traer de vuelta al CEO Lee Jae-yong, actualmente en prisión donde cumple una condena de dos años y medio por corrupción. “Nuestra industria de semiconductores atraviesa un momento difícil –escribe la élite económica en un llamamiento–. Si acumulamos retrasos en la toma de decisiones de inversiones y elecciones estratégicas por la ausencia de un gestor, el país corre el riesgo de perder su liderazgo tecnológico”.
En este momento, Samsung y otras empresas asiáticas tienen una posición casi monopólica, pero se ven abrumadas por un aumento repentino de la demanda, principalmente debido a la recuperación más rápida de lo esperado de la industria automotriz: transmitir la idea, construir un solo coche eléctrico se necesitan hasta 100 microchips. Y el viernes 21 de mayo, el presidente coreano visitará las casas de sus rivales, dado que, además, Biden tiene la intención absoluta de arrojar el guante y cuenta con el apoyo total en este frente y, de hecho, con el impulso del Parlamento.