No más paradas de gasolina para los autobuses coreanos. Este es el sueño -y la promesa- de un grupo de científicos asiáticos que han desarrollado la primera vía de carga eléctrica para el transporte público. En la ciudad de Gumi - escribe The Verge, diario estadounidense especializado en tecnología - las autoridades locales han colocado cables eléctricos bajo una rejilla de asfalto de 25 km.
El sistema permite transferir electricidad, de forma magnética e inalámbrica, a autocares especiales OLEV (Online Electric Vehicle). De esta forma, los vehículos pueden recargarse mientras están atrapados en el tráfico o viajando a una velocidad moderada. El experimento parece haber tenido éxito y la ciudad ya tiene planes para aumentar la flota de autobuses OLEV dentro de dos años.
La idea, desarrollada por el Instituto Coreano de Ciencia y Tecnología, surge de la necesidad de utilizar vehículos eléctricos prescindiendo de las baterías tradicionales. Los autobuses suelen tener baterías bastante pequeñas, alrededor de un tercio de las estándar, pero, en este caso, pueden depender de una fuente de energía constante colocada 17 centímetros por debajo del eje motriz.
