Las turbulencias de los mercados financieros y la ralentización de la demanda global están frenando a la industria italiana, deteriorando significativamente su rentabilidad incluso en comparación con Europa, mientras el clima de confianza empresarial sigue decayendo y crece la incertidumbre. Partiendo de estos supuestos, la consigna es: innovar, crecer. Pero, ¿Italia tiene el potencial?
Esto se está discutiendo hoy. en Santa Margherita Ligure (Ge) con motivo de la 42ª Edición de la Conferencia del Grupo de Jóvenes Empresarios de Confindustria, donde se presenta el estudio de Prometeia "¿Tenemos los números para innovar?", firmado por Alessandra Lanza, Responsable de Análisis Económico e Investigación de Prometeia.
De acuerdo con el Informe de pronóstico elaborado por Prometeia en abril de 2014, 7 años después de la Gran Recesión, la economía italiana aún se encontrará con una brecha del PIB del 3,5% y el empleo un 4% y una deuda pública superior en 12,5 puntos, a pesar de que el balance de las Administraciones Públicas vuelve a equilibrarse. Una economía probada por 10 años de bajo crecimiento y siete de estancamiento: la renta disponible per cápita de los hogares habrá vuelto a los niveles de 1986, el consumo per cápita al nivel de 1998, la propensión al ahorro en continua caída.
El marco innovador italiano se compone actualmente de luces y sombras: una escasa inversión en I+D y el hambre por obtener fondos, de hecho se traducen en una multitud de innovaciones, a menudo no radicales. Sin embargo, la actividad de patentamiento está mejorando, con algunas excelencias a nivel territorial.
En particular, se desprende de un análisis de Eurostat que en Italia, las empresas innovadoras representan casi la mitad, es decir, el 45 %, y el 48 % de los productos son innovadores. No son malos datos, sobre todo si se comparan con los de otros competidores europeos como Francia, que produce nuevos productos con un 43%, Alemania con un 26% y España con un 21%. La actividad de patentes también está en línea con la alemana, mientras que el problema sigue siendo la investigación: hay unos cientos de investigadores en Italia, y apenas han aumentado de 2008 a 2010, mientras que otros países han avanzado mucho.
Finalmente, las principales criticidades son las relativas a los temas habituales: burocracia, seguridad jurídica, estabilidad regulatoria, educación y formación, infraestructura.
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Archivos adjuntos: Prometeia_GiovaniConfindustria.pdf
