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Con Covid, la dieta mediterránea Made in Italy se afirma en el mundo

Con la pandemia y las medidas restrictivas, en 2020 hubo un aumento de las exportaciones del 9%, sobre todo pasta, aceite y conservas de tomate. El regreso de la cocina casera, debido al confinamiento que supuso el cierre de restaurantes en todo el mundo, ha favorecido el modelo de la cocina italiana también por encima de las dietas dash y flexarian,

Con Covid, la dieta mediterránea Made in Italy se afirma en el mundo

La dieta mediterránea Made in Italy conquistó el mundo durante la pandemia: en 2020 el exportaciones récord con un incremento promedio del 9%. Esto es lo que se desprende del análisis realizado por Coldiretti a partir de los datos de Istat relativos a los primeros 10 meses de 2020 en comparación con el mismo período del año anterior. Según la encuesta, las exportaciones nacionales que han tocado techo están en orden: tomates enlatados (+ 17%), pastas (+ 16%), aceite de oliva (+ 5%), frutas y verduras (+ 5%).

Un resultado favorecido por el regreso de la cocina hecho en casa, debido al confinamiento y las restricciones que han provocado el cierre de restaurantes en todo el mundo, con la cocina italiana en primera posición dentro y fuera de las fronteras nacionales.

Además, gracias a sus efectos positivos, la La dieta mediterránea también fue catalogada como la mejor dieta del mundo de 2020, por delante de la dash y la flexariana, en base al “ranking de las mejores dietas” elaborado por el diario estadounidense News & World's Report's, conocido mundialmente por la elaboración de rankings y consejos para los clientes.

La dieta mediterránea ha sido, durante más de 10 años, Patrimonio de la UNESCO, así como un vehículo para la promoción de nuestra excelencia agroalimentaria. Es una tradición milenaria que hunde sus raíces en la historia de nuestro pueblo, en la cultura campesina italiana.

No es una simple dieta, sino un verdadero estilo de vida que combina bienestar, salud, sostenibilidad, tradición y biodiversidad. El adjetivo mediterránea, por su parte, establece el límite geográfico de este tipo de dieta, que representa una auténtica herencia, nacida en Italia, España, Grecia y Marruecos.

Se basa principalmente en el consumo de alimentos de origen vegetal: cereales y derivados, legumbres, frutas, verduras, pescado y aceite de oliva virgen extra y en un consumo moderado de productos como la carne, especialmente la carne roja, y los lácteos. Este tipo de dieta tiene tres características fundamentales: un bajo consumo de grasas saturadas, muchas fibras y carbohidratos y un alto consumo de grasas monoinsaturadas (aceite de oliva). El secreto es un correcto equilibrio entre los alimentos.

Todos los productos se pueden cultivar respetando plenamente el medio ambiente. Por este motivo se puede considerar un modelo alimentario sostenible, gracias al uso de recursos naturales y energías renovables. De hecho, la dieta mediterránea se basa en el concepto de estacionalidad, en el cultivo y consumo en km 0, así como en el concepto de Slow Food.

Los beneficios de la dieta mediterránea son numerosos: ayuda a prevenir enfermedades cardiovasculares y enfermedades relacionadas con la demencia, la diabetes, los trastornos alimentarios (como la bulimia y la obesidad), y algunos tipos de tumores, en particular el del tracto gastrointestinal. Por ejemplo, los cereales (preferiblemente integrales) son la principal fuente de proteínas, vitaminas (B, E), fibra, sales minerales como el magnesio y el selenio, pero sobre todo son hipocalóricos, ideales para quienes quieren adelgazar. Diversos estudios han constatado que esta dieta juega un papel incisivo y decisivo en la duración y calidad de vida de quienes la siguen.

La dieta mediterránea es un modelo de alimentación equilibrada y saludable, basada en la convivencia y el intercambio de una cultura local que va más allá del simple consumo de una comida, fomentando el diálogo y fortaleciendo las relaciones. Un modelo a salvaguardar, pero sobre todo a valorar.

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