Il industria de la automoción está inmerso en uno crisis que afecta a todos los grandes productores en todos los ámbitos. Volkswagen, Stellantis, Ford, BMW, Volvo, y General Motors, cada uno a su manera, están tratando de navegar en aguas turbulentas, entre rebaja de ventas, problemas técnicos y estrategias de supervivencia. Por un lado si detener la producción en algunos establecimientos, en otros endurecen alianzas estrategicas y se lanzan planes ambiciosos para el futuro. En definitiva, la industria del automóvil está en pleno "retroceso", pero sin soltar el acelerador de la transición.
Stellantis: parada en Mirafiori, pero el futuro es eléctrico (¿o quizás híbrido?)
Stellaris ha decidido Fermare (otra vez) el producción del 500 eléctrico en la histórica fábrica de Mirafiori, que permanecerá en pausa hasta el 11 de octubre. Se trata de una parada más para la planta, que produce a trompicones desde principios de 2024. Antes de esta suspensión, la fábrica había estado en "stand by" del 15 de julio al 4 de agosto y, al finalizar las vacaciones de verano, los trabajadores fueron nuevamente despedidos. El motivo? La reducción de la demanda de coches eléctricos, especialmente en Europa, que obligó al grupo a frenar la producción. Stellantis dijo que la suspensión era necesaria para abordar la falta de pedidos, una dificultad compartida por muchos fabricantes de automóviles europeos. Pero el gigante ítalo-francés no se deja desanimar: con inversiones e nuevas tecnologías Próximamente, el 500 eléctrico y el futuro 500 híbrido están listos para regresar con más fuerza que nunca. De hecho, el grupo ha anunciado un plan de 100 millones de euros para impulsar la producción del 500e, introduciendo una nueva batería de alto rendimiento y otras tecnologías innovadoras para mejorar la accesibilidad del modelo. Además, la producción del nuevo 2025 híbrido se iniciará entre 2026 y 500, basándose en la plataforma eléctrica actual. EL sindacati, sin embargo, no son tan optimistas y denuncian una situación caótica con trabajadores trasladados de una planta a otra, mientras que el despidos sigue siendo el telón de fondo de cada parada de producción. La incertidumbre pesa sobre toda la industria turinesa y la falta de pedidos deja muchas dudas sobre el futuro de Mirafiori.
General Motors y Hyundai: cuando la unión hace la fuerza y se reducen costes
En medio de esta tormenta, General Motors decidió buscar aliados, encontrando en Hyundai il partner ideal. Juntos, los dos fabricantes de automóviles han firmado un acuerdo para reducir los costos de producción y acelerar la lanzamiento de nuevos vehículos, tanto eléctricos como de hidrógeno. ¿El objetivo? Producir más, gastar menos, gracias a una colaboración que podría convertirse en una "receta secreta" para sobrevivir en un mercado cada vez más competitivo. Para Mary Barra, director ejecutivo de GM, e Euisun ChungSegún Hyundai, líder de Hyundai, esta asociación promete ser una forma de "desbloquear la creatividad" de ambas compañías, llevando al mercado una nueva generación de vehículos, más eficientes y preparados para satisfacer las necesidades del futuro. El resultado podría ser una nueva gama de vehículos supereficientes y también buenos ahorros en la factura de la batería.
BMW: fuerte desaceleración de los beneficios (y no sólo de los frenos)
Y luego esta BMW, que ciertamente no pasa por su mejor momento. El gigante bávaro ha retiró del mercado 1,5 millones de coches debido a una defecto ai frenos, lo que generó bastantes quebraderos de cabeza, hasta el punto de que la previsión de crecimiento para 2024 pasó de una “leve disminución” a una “caída significativa del beneficio”. Además de los costos de las retiradas, el demanda débil en China ha agravado aún más las preocupaciones del grupo, provocando una revisión a la baja de las estimaciones del margen de beneficio, que ahora se espera entre el 6% y el 7%, frente al 8-10% estimado inicialmente. Se espera que el rendimiento del capital invertido esté entre el 11% y el 13%, en comparación con el 15-20% anterior, mientras que ahora se espera que las entregas a los clientes se mantengan estables en lugar de aumentar ligeramente. En definitiva, BMW se encuentra atravesando un período en el que, a pesar de todo, el coche de sus sueños sigue avanzando, pero con menos empuje. La crisis aún no ha quedado atrás, pero con la vista puesta en el futuro y algunos ajustes, los bávaros también esperan volver a competir.
En resumen, la crisis del automóvil es cualquier cosa menos una parada temporal. Los grandes nombres de la industria están buscando soluciones para abordar las dificultades, con la esperanza de volver a la normalidad y lograr un futuro más estable.