La manzana de la discordia, como siempre, es la privacidad. Un derecho que, conscientemente o no, tiende a redefinirse y volverse opcional en la era de las redes sociales. Facebook está lidiando hoy con una demanda colectiva porque está acusado de monitorear los mensajes privados de los usuarios y luego vender los datos relacionados a los anunciantes.
Según lo escrito en la demanda, la empresa californiana escanearía la actividad de un usuario cuando envía un mensaje privado a otro usuario que contiene un enlace a otro sitio. Facebook también interceptaría mensajes para recopilar y agregar datos para compartir con anunciantes y expertos en marketing.
La acción de clase es menos masiva de lo que podría parecer. Fue lanzado por dos usuarios estadounidenses, Matthew Campbell y Michael Hurley. Los implicados, según la acusación, podrían ser millones, prácticamente todos usuarios de la red social, al menos en Estados Unidos.
La demanda, presentada en un tribunal del norte de California, afirma que Facebook engaña a los usuarios, quienes a través de mensajes privados creen que tienen un servicio alejado de miradas indiscretas y conocido solo por el remitente y el destinatario. La denuncia tiene como objetivo obtener 100 dólares por cada día de supuesta violación de la privacidad o 10.000 dólares por cada usuario que afirme verse afectado por dicha práctica.
Facebook considera que las acusaciones son infundadas y ha anunciado que se defenderá enérgicamente.
