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Ciudades históricas, turismo Sos: más restaurantes y hoteles pero las tiendas mueren

Turismo en problemas en las ciudades históricas italianas - Cada vez más tiendas cierran para dar paso a la digitalización y a los centros comerciales - Espacios vacíos ocupados por hoteles, bares y restaurantes que, a pesar de todo, son incapaces de reactivar el turismo

Ciudades históricas, turismo Sos: más restaurantes y hoteles pero las tiendas mueren

Alerta roja para Italia. Tras la crisis del consumo, una economía con crecimiento cero y demasiada deuda el turismo comienza a mostrar los síntomas de la enfermedad. Por no hablar de factores externos como las tensiones comerciales, el Coronavirus, el Brexit, el cambio climático. En este escenario, una ralentización del turismo corre el riesgo de poner definitivamente de rodillas a nuestro país, con un impacto en el PIB de 3 décimas de punto.

La tendencia que está remodelando la demografía de las empresas en las ciudades italianas ha estado en marcha durante más de diez años. Según un análisis realizado por la Oficina de Investigación de Confcommercio "Demografía empresarial en las ciudades italianas", la presencia general del comercio minorista disminuye, tanto en el centro histórico como en los suburbios. Por otro lado, el sector de la hostelería, bares y restaurantes va en aumento.

Los resultados muestran que de 2008 a 2011 casi setenta mil comercios cerraron sus puertas. Los centros históricos de las ciudades italianas están cambiando: en estos 11 años, el comercio minorista en ubicaciones fijas ha disminuido un 14,3%. Entre 2012 y 2019, en cambio, las empresas extranjeras en el comercio aumentaron un 27,1%, mientras que las italianas disminuyeron un 5,6%. Algunos Municipios corren el riesgo de declive comercial.

Si en un principio las actividades más afectadas eran las del centro, ahora el fenómeno está contagiando también a las de las zonas periféricas. Esto demuestra que la extinción de los establecimientos comerciales ya no se debe, como hace unos años, a alquileres excesivamente elevados ni a la presencia creciente de centros comerciales, repletos de marcas extranjeras.

Pero, ¿a qué se debe este fenómeno? Ahora existe una patología especial para competencia del comercio electrónico que ha cambiado radicalmente la forma en que vivimos, producimos, compramos y nos comunicamos. Las tiendas online podrían destruir seriamente el tejido social de las pequeñas empresas, que mientras tanto están muriendo. De hecho, hay quienes prefieren comprar online tanto por tiempo como por comodidad, guiados por unos pocos clics, esperando la entrega en casa sin aventurarse en el estrés de la ciudad. Si por un lado crecen los consumidores digitales, por otro lado disminuyen los comercios como librerías, papelerías, ferreterías y ropa, dejando a los centros históricos cada vez menos atractivos.

Otros factores que impulsan el aumento creciente de tiendas vacías, tanto en ciudades pequeñas como grandes, son la reducción del consumo y la presión fiscal todavía demasiado elevadaafectando especialmente a hogares y empresas. Por no hablar de la propensión al ahorro de los italianos.

Todas las razones por las que un emprendedor prefiere abrir un restaurante, un bar o un bed and breakfast antes que una mercería o una librería. Pero el deterioro del tejido comercial no solo afecta a la economía o al turismo, sino también genera cierto malestar social, insatisfacción e inseguridad. Además, la desaparición de los comercios de barrio reduce significativamente el valor de los inmuebles, lo que se traduce en una enorme pérdida de riqueza para las familias.

Segundo el presidente de Confcommercio, Carlo Sangalli “Se necesita un plan nacional de regeneración urbana, para mejorar la calidad de vida de los habitantes y hacer cada vez más atractivos los centros históricos. Necesitamos un mayor apoyo a la innovación de las pequeñas superficies de venta y, sobre todo, una reforma fiscal global para bajar los impuestos y apoyar la demanda interna que, como sabemos, supone el 80% del PIB. Las ciudades bellas y en funcionamiento son de gran valor económico y social para nuestros territorios, un motor de crecimiento y empleo que no se puede dejar de lado”.

Para remediar la situación y revitalizar el comercio de proximidad, sería necesario implementar políticas de regeneración urbana, fomentar una mayor integración entre administración, empresas y particulares, pero sobre todo reafirmar la centralidad del sector terciario como motor del desarrollo económico del país. Porque, un terciario innovador, capaz de potenciar los sectores del comercio y el turismo, permite una mayor cohesión social y puesta en valor del territorio.

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