Calificación del autor:
Tres ancianos romanos del Trastevere, con una perspectiva de jubilación cada vez más escasa, deciden marcharse a algún país exótico donde vivir mejor. Esta es la trama de Muy muy di Gianni Di Gregorio en su cuarto trabajo como director. Como hemos escrito muchas veces, no es fácil opinar sobre la comedia italiana, especialmente cuando ya no puede encontrar su alma original que la hizo famosa en el mundo. Además, en un momento de la temporada donde la oferta de calidad escasea donde el momento de los "cinepanettoni" también ha pasado casi desapercibido, aunque no hayan tenido especial fortuna en los cines (caso al margen de Checco Zalone).
En este caso Di Gregorio nos permite una reconciliación: su género, su forma muy particular de contar su Roma con imágenes es siempre lúcido, esencial, mesurado a la vez que atento y sensible a los temas y problemas que vive el país. En primer lugar los personajes: el primero es el propio director que, como es habitual, firma el tema y el guión y es el protagonista. Entonces el difunto Ennio Fantastichini (recientemente fallecido) y Giorgio Colangeli. Tres figuras que no podrían representar mejor ese espíritu "romano" que casi podría considerarse un género cinematográfico completamente original.
Es un lenguaje verbal, del cuerpo y de las miradas que hacen de la actuación un modelo típico y transmiten a la perfección el alma de una ciudad y de su barrio más conocido, el Trastevere, como mejor no puede ser. Hablamos de "escuelas" de teatro y cine como, por ejemplo, la napolitana que no tiene por qué molestar a autores y actores ilustres y conocidos. Di Gregorio ha hecho de todo ello su seña de identidad estilística, su seña de identidad con la que ha obtenido el merecido reconocimiento que le ha valido prestigiosos galardones desde su primera película como director Almuerzo de mediados de agosto de 2008.
El tema de esta historia es viajar. Es un viaje de personas que ya tienen un largo camino a sus espaldas, ahora en el umbral de una tercera edad madura tratando de sobrevivir con lo poco que pueden obtener de una exigua pensión. El sueño de una nueva vida, de otra forma, donde se pueda vivir bien con poco parece posible. Entonces, en cambio, se interponen, en primer lugar, los sentimientos, las dificultades para constituir un fondo común necesario para financiar el viaje y, finalmente, las dificultades burocráticas. La belleza, el placer de una película como esta está en la capacidad de mantener en perfecto equilibrio una amplia gama de sentimientos y sensaciones.
Son personas mayores, solas y necesitadas de cariño, como muchos del resto, pero esto no despierta compasión. Son personas en busca de aventura y esperanza, pero sin preocupaciones y sin ilusiones. Son personas que "hablan" suave, despacio, como las imágenes que se desplazan por la pantalla y de esta manera muestran su gran vitalidad. Son, simplemente, personas que son fáciles de percibir como vecinos, similares a muchos de conocimiento común.
Sólo hay un límite en esta película que, como hemos escrito, es también su principal mérito: quizás es demasiado con una marca registrada "romanocéntrica" que en cambio, de otro modo, lo habría hecho de un interés más amplio y más seguro. A ver, sin dudarlo.