China cerró 2016 con un crecimiento del PIB del 6,7%. Solo en el cuarto trimestre, la aceleración fue del 6,8% (+1,7% trimestral). El resultado es mejor de lo esperado: aunque permanece en los niveles más bajos desde 1990 y por debajo del 6,9 % en 2015, la tendencia del PIB en 2016 se mantiene dentro del objetivo de cinco años del 6,5-7 % anual definido por el gobierno.
De los datos de la Oficina Nacional de Estadística destaca el consumo, que crece un 9,6% desde el +10,6% de 2015, aunque con un último atisbo de aceleración (+10,9% sólo en diciembre), confirmando una tendencia en fase de consolidación y con mayor márgenes de crecimiento.
La economía, según la Oficina, se asentó sobre "estructuras moderadas pero aún estables y sólidas", sentando bases positivas para la puesta en marcha del plan quinquenal hasta 2020. Las inversiones fijas, incluido el gasto en infraestructura, aumentaron un 8,1%, mientras que la El componente inmobiliario experimentó un salto del 6,9% frente al 1% en 2015. La deuda corporativa, sin embargo, aumentó hasta el 169% del PIB.
A raíz de estos números, las bolsas de valores chinas cerraron la sesión en positivo. El índice Compuesto de Shanghái subió un 0,70%, hasta los 3.123,14 puntos, mientras que el de Shenzhen ganó un 1,52%, situándose en los 1.885,78, en torno a los máximos intradiarios. Mientras tanto, el yuan se debilitó frente al dólar hoy: el banco central fijó la paridad central en 6,8693, 125 puntos básicos por debajo de la de ayer.
