Una empresa china de mascarillas en Wenzhou quería compensar a sus trabajadores y encontró una forma original de hacerlo. Repartió un bono, pero no con un sobre en efectivo o incluso con una transferencia bancaria. Más bien, el efectivo se colocó en dos cajas de cartón y eran muchas: 800 yuanes, equivalentes a 140 euros.
Después de eso, se le pidió a cada empleado que sacara tantos billetes como pudiera, pero solo una vez y con una sola mano. El más afortunado, o el que tenía la mano más grande y ganchuda, consiguió hacerse con 20 yuanes (3.500 euros). Lo mejor de esta ceremonia en particular es que ocurre todos los años.
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