Uno de los principales temas de análisis de la desaceleración china es la evolución del comercio exterior. El interés deriva del enorme peso del país en la compraventa de mercancías. En 2014, la participación de mercado de China en las exportaciones mundiales de mercancías fue del 11,9% (primer valor en el mundo). Por el lado de las importaciones, China ocupa la segunda posición a nivel mundial, con una participación del 9,6%. Según el World Shipping Council, siete de los 10 principales puertos del mundo por toneladas almacenadas son chinos. Además, desde 2008 China es uno de los países más activos en cuanto a medidas de protección/apoyo al comercio exterior.
En septiembre, las compras de bienes al exterior por parte de China registraron la undécima caída consecutiva (-20,5% a/a); en el mismo mes, las exportaciones cayeron un 3,8%, valor que parece recuperarse levemente con respecto a los meses anteriores. El resultado de la evolución de los dos componentes (en dólares) es un fuerte aumento del superávit comercial. La ralentización de las importaciones chinas está afectando especialmente a los países asiáticos ya los productores de materias primas. China vive actualmente una fase de cambio profundo en la composición de sus exportaciones e importaciones.
Las producciones chinas están cambiando gradualmente hacia la parte final de la cadena de valor sin por ello abandonar las producciones intermedias. A mediados de la década de 60, la participación de los productos intermedios contenidos en las exportaciones chinas alcanzó el 35%, mientras que hoy el valor no supera el XNUMX%, lo que refleja una sustitución gradual de insumos externos por producción nacional. Una de las consecuencias de este fenómeno es la reducción del valor de las importaciones manufactureras.
Según los últimos datos de la Unctad (2014) China se ha convertido en el primer país del mundo en flujos de inversión extranjera directa (IED) al superar a Estados Unidos y cubrir una participación mundial del 10,5%. En los últimos años, el país se ha convertido en uno de los principales destinos de la IED en I+D: entre 2010 y 2014 atrajo 88 nuevos proyectos de I+D por un monto total de 5,5 millones de dólares, cerca del doble de lo llegado en el mismo lapso a financiar 91 IED en I+D en Estados Unidos.
Entre los diversos cambios a los que se enfrenta China en este momento, la demografía ocupa un lugar destacado. El país está experimentando una tasa de envejecimiento poblacional sin precedentes: en 1980 la mediana de edad era de 22 años, hoy es de 34,5 años (en Estados Unidos es de 37 años). El fenómeno tiene importantes implicaciones económicas, financieras y sociales.
Adjuntos: Foco no. 35 – 19 Octubre 2015.pdf