Y en el quinto partido, la Juve se apoderó de Europa. El pequeño Nordsjaelland no lo quiere, pero este éxito ante el Chelsea es otra cosa. Por el calibre del oponente, por la importancia de las apuestas, por la delicadeza del momento. Entonces considerémoslo un punto de partida en el viaje europeo de los blancos y negros, que a estas alturas tiene todas las credenciales para jugarlo en primavera, quizás con la ayuda de un jugador top en la delantera. Dios mío, no es que este equipo lo necesite tanto.
El ataque (el mejor de la Serie A) no contará con el delantero por excelencia (aunque Quagliarella, con el gol de ayer, llegase al 9 esta temporada), pero funciona de maravilla, porque todos se las arreglan para hacerse peligrosos. Pero la clave del éxito de los bianconeri está en la presión y en la organización del juego. En este sentido, la comparación con el Chelsea, vigente campeón de Europa, fue implacable. Desde el principio, la Juve atacó a los blues con una malicia competitiva impresionante, casi como si pensaran que se enfrentaban a Nordsjaelland. Pero sobre el césped, al menos en teoría, estaba el equipo que, hace apenas 6 meses, había elevado al cielo la prestigiosa Champions League. La furia blanquinegro podría haberse convertido en gol ya a los 4 minutos, si Cech no hubiera desviado el toque de corta distancia de Lichtsteiner al poste. El guión se parecía al que ya se vio ante la Lazio el sábado, pero el Chelsea tiene mucha más calidad que los de Petkovic, como demostró Oscar en el 9', detenido sólo por un gran Buffon. Partido bonito, vibrante y sobre todo equilibrado, hasta el minuto 38. Remate de Pirlo desviado por Quagliarella: el Estadio, atento a la atajada de Marchetti, contuvo la respiración, pero esta vez Cech no pudo hacer nada. La ventaja es como un subidón de adrenalina, y la Juve casi dobla un minuto más tarde a través de Lichtsteiner, pero Cole detiene en la línea. Las emociones se sucedían y en la siguiente acción fue el Chelsea el que estuvo cerca de marcar, con Mata parado por un gran Buffon. Termina así una primera parte espléndida, mejor jugada por la Juve pero con un Chelsea peligroso. En la segunda mitad, sin embargo, el marcador cambia y los bianconeri aplastan a los ingleses. El golpe de gracia llega en el minuto 60 con una piedra de Vidal, desviada por el inocente Ramires. Es un varapalo para Di Matteo, que intenta dar la vuelta a la formación metiendo a Moisés y Torres. El técnico italiano arriesga seriamente su trabajo, también porque la elección de jugar sin delanteros pesa mucho en la derrota de los blues: quién conoce la cara de Abramovich al leer las alineaciones...
Pero estos no son los problemas de la Juve, que, tarantolada como en las mejores noches, sigue atacando. Y de hecho llega el tercer gol, gracias a un solo de Giovinco, que acaba de entrar por Vucinic. Al pitido final de Cakir, el Estadio estalla: la clasificación aún no es matemática, pero la victoria del Shakhtar en Dinamarca permitirá que los blanquinegros pasen igualados con el empate.
“En primer lugar, muchas gracias a nuestra maravillosa audiencia, nos dieron una gran mano – comenzó Alessio en la conferencia de prensa. – Estamos contentos, está claro que ganar así, ante el Chelsea, nos hace creer cada vez más en nuestro potencial. jugaremos la clasificación contra el Shakhtar; el de esta noche es una pieza, un paso importante, pero aún no hemos hecho nada. Absolutamente no lo considero una formalidad. Tenemos que ir allí y jugar el partido, como lo hicimos esta noche, sin esperar nada en particular".
Sin embargo, pensaremos en esto solo en unas pocas horas. Porque ahora es el momento de regocijarse y disfrutar de esta maravillosa empresa europea.
