Camino a Wembley: por segunda vez en tres años se jugará la final de la Champions League (25 de mayo) en el estadio inglés. En 2011 ganó el Barcelona, superando al Manchester United por 3-1. Solo se puede repetir el 50% de aquella final: los culés siguen en la carrera tras la extraordinaria remuntada ante el Milan, mientras que los de Ferguson quedan fuera de la mano del Real Madrid.
Pero esta vez también podría haber un italiano en la final: es la Juventus, que sin embargo primero tendrá que superar el obstáculo del Bayern en los cuartos de final (ida 2-3 de abril, vuelta 9-10 de abril), con el segundo partido en el Juventus Stadium. Aquí están los otros emparejamientos extraídos de la urna de la UEFA: Málaga-Borussia Dortmund, Real Madrid-Galatasaray y Psg-Barcelona.
Evitado, por tanto, el posible Euroderby (en particular, el choque Real-Barça) y también, para la Juventus, el emparejamiento con los formidables españoles, quizás el turno reservado a los blanquinegros siga siendo el más duro y equilibrado: sobre el papel, de hecho. No deberían tener problemas ni el Borussia, ni el Real Madrid ni, con todo respeto al ex Ibrahimovic, el revivido Barcelona de Villanova y Roura.
El Barça podrá así intentar un bis de viaje a Wembley, apenas 24 meses después del triunfal de mayo de 2011, pero antes tendrá que pasar por otro escenario del crimen: precisamente en París, donde volverá a desafiar a los de Ancelotti , los blaugrana ganaron la Champions League de 2006.
