Ya no el 5, sino el 12 de diciembre: esta es la nueva fecha de la huelga general, que además de la CGIL también involucrará a la UIL. La CISL, por su parte, sigue negándose a sumarse a la protesta. Estas son las principales novedades que surgieron del encuentro entre los dirigentes de los tres sindicatos confederales al margen del congreso de la Uil.
El secretario general adjunto y líder designado de la UIL, Carmelo Barbagallo, dijo que la CGIL, que había planificado el paro para el 5 de diciembre, había aceptado la solicitud de aplazamiento de su confederación.
“Se adhirió a la propuesta de mover la fecha –subrayó Barbagallo– ahora estamos verificando la factibilidad con la autoridad de garantía en materia de huelgas. La CISL ha comunicado que no se sumará a la huelga general. Ojalá podamos hacer algo unitario, una manifestación, en el empleo público por una reforma compartida con los trabajadores. Ya veremos, nuestra huelga es de todas las categorías”.
La número uno de la Cisl, Annamaria Furlan, explicó en cambio que “no salimos, nunca evaluamos la huelga general. En cambio, confirmamos el paro del empleado público unitario, que se decidirá próximamente por las categorías”. La ejecutiva de Cisl se reunirá hoy para decidir sus propias formas de movilización.
La última huelga general unitaria tuvo lugar el 12 de diciembre de 2011 (parada de tres horas al final del turno) contra la maniobra del gobierno Monti, en particular contra la reforma de las pensiones desarrollada por la ministra Elsa Fornero.
