Un ojo vuelto hacia el Senado de Madrid, el otro atento a lo que ocurre en el Parlament de Catalunya. El choque entre el Gobierno central y los separatistas se produce hoy en las dos sesiones parlamentarias paralelas.
El de Madrid está a punto de aprobar la aplicación del artículo 155 propuesto por el Consejo de Ministros, suspendiendo de facto la autonomía de Cataluña. El de Barcelona, en cambio, podría iniciar oficialmente el proceso constituyente que conducirá a la República en las próximas horas. Dos decisiones que, por supuesto, no pueden coexistir. El verdadero riesgo es que en dos días los catalanes se encuentren sin gobierno o con dos gobiernos paralelos.
Todavía no está claro cuáles serán los contornos precisos del comisario que la Cámara Alta aprobará en breve, pero durante su intervención de esta mañana Mariano Rajoy lo tenía claro: destituirá al presidente catalán Carles Puigdemont, el vicepresidente Oriol Junqueras y todos los miembros del Govern con las facultades extraordinarias que le otorgan los parlamentarios madrileños. Dentro de seis meses se convocarán nuevas elecciones en Cataluña.
“La activación del artículo 155 de la Constitución –ha afirmado Rajoy– contra Cataluña es una 'decisión excepcional' tomada ante una 'situación excepcional'”.
"No hay alternativa" a la suspensión de la autonomía, ha explicado el presidente español, porque es necesario "recurrir a la ley para hacer cumplir la ley". Pero en el transcurso de su intervención ante el Senado, Rajoy también apunta a un culpable: Carles Puigdemont, "él y sólo él", ha dicho el presidente del Gobierno, es el responsable de lo que está pasando. Una declaración que parece ser un apoyo oficial a la acusación de rebelión del actual presidente de la Generalitat de Catalunya. La Fiscalía General del Estado español está dispuesta a pedir la acusación de Puigdemont y su adjunto Oriol Junqueras por "rebelión" en caso de que la independencia se lleve a cabo hoy. Si son declarados culpables, los dos podrían enfrentar 30 años de prisión.
El artículo 155, ha subrayado Rajoy, se activa "no contra Cataluña, sino para que no se abuse de Cataluña". Para el primer ministro, "ningún gobierno democrático podría haber permanecido impasible, como si nada" ante el desafío independentista. Un reto que, añadió, "nunca contará con el apoyo de Europa", ya que "va en contra de los principios y valores fundacionales" de la UE.
