Después de Ilva e dopo Atlantia, el anticapitalismo de los Cinco estrellas -pero tal vez sería mejor decir la ausencia de realismo y el abundante diletantismo- está a punto de golpear incluso Banco Carige.
El tiempo para salvar el atribulado banco de Liguria y evitar su nacionalización no es infinito, pero el Cinco Estrellas se interpone en el plan de los bancos italianos que, a través del Fondo Interbancario de Protección de Depósitos, están dispuestos a utilizar todos los espacios abiertos por la sentencia Tercas y a participar activamente en la ampliación de capital de 800 millones junto con los antiguos accionistas genoveses y, en menor medida, con algunos públicos entidades tales como Mediocredito Centrale y Credito Sportivo.
El hecho de que grandes fondos internacionales como BlackRock primero y Apollo después se retiraran del rescate de Carige dice mucho sobre las dificultades que encuentra el banco de Liguria para encontrar caballeros blancos pero, a pesar de esta realidad despiadada, los Cinco Estrellas están maniobrando entre bastidores para empujar al Tesoro a tomar el peligroso camino de la nacionalización.
En los próximos días se entenderá hasta dónde llegará el dirigismo bancario aficionado del Cinco Estrellas, pero el riesgo de joder el actual plan de recuperación y relanzamiento de la banca de Liguria dista mucho de ser descabellado. De ser así, el Cinco Estrellas y su inestable líder, Luigi Di Maio, conquistarían otra primicia en el hundimiento de bancos y empresas.
Solo recuerda que en los últimos días las Cinco Estrellas han puesto en peligro el futuro de Ilva de Tarento y la permanencia de la multinacional Arcelor Mittal tras inesperadamente revocó la inmunidad sobre delitos ambientales anteriores negociado cuando el gigante del acero llegó a Puglia. Pero, como si eso fuera poco, Di Maio también flexionó sus músculos con Atlantia amenazando con retirar las concesiones de autopistas por los incumplimientos, aún no certificados por la autoridad judicial, en el derrumbe del puente Morandi en Génova, salvo realizar la habitual ronda de valses y argumentar que el Gobierno podría recapacitar si el grupo Benetton decide echar mano a su cartera para financiar la reconstrucción. No es casualidad que hoy Atlantia haya recuperado parte de las pérdidas de los últimos días en Bolsa, pero las incursiones de Di Maio en los mercados abiertos hacen que la bolsa sea extremadamente volátil.
El amateurismo llama amateurismo y sería imperdonable que Di Maio y sus hombres también enterraran un banco como Carige.